En el norte de Yemen, en aldeas remotas, todavía se escuchan canciones escritas con hermosos versos recitados e interpretados desde tiempos ancestrales. La supervivencia de este legado que expresa los sentimientos más profundos de esos pueblos, es fruto de una transmisión en cadena que pasa de generación en generación. Una sabia y frágil costumbre de valor incalculable que la convierte en parte del patrimonio intangible yemení.

 

Turismo en Yemen: patrimonio intangible

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En los altiplanos de los Zaiditas del norte de Yemen, poblados valientes y tribus guerreras, se expresan a través del “Zamil”. Originalmente era una canción de guerra. Sus letras hablan de honor y solidaridad colectiva, sus ritmos son muy dinámicos y se inspiran en los pasos de los guerreros. Los poemas glorifican la tribu y la tierra en la que viven. Esta canción está en continua composición. Nuevos versos se mezclan con los viejos para cantarlos. Con ello consiguen unir tradición y futuro. Esta música se suele bailar en grupos, como la canción “Magyal”, y se canta durante las tardes yemeníes.

También en las estrechas calles de la antigua Sana’a, uno puede tener la oportunidad de escuchar las notas de una vieja canción popular, “Al Ghina Al sana’ani”. Y sentir lo que los yemeníes llaman “tarab”, emoción musical producida por la mezcla del delicado sonido que produce el laúd árabe con la melancolía de su poesía.

Otro estilo de canción es “Tawilah”, lo encontramos si nos alejamos hacia a las afueras de Sana’a, dónde se contemplan paisajes con extensos campos de cultivo de cereales y árboles frutales. En estas tierras descubriremos diferentes tipos de poesía haciendo referencia al trabajo en el campo y a la naturaleza, y que acompañan a los agricultores en su lucha contra la melancolía en su quehacer cotidiano.

En otra región llamada Hugariyah, componen canciones, poemas y cuentos para aliviar el trabajo diario o, simplemente, para expresar sentimientos como tristeza, decepción o soledad abiertamente, sin tapujos. Muchas de estas creaciones suelen ser cortas y cantadas sin instrumentos, y el origen y el compositor suelen ser desconocido. En esta región es muy común la emigración. Muchas de estas canciones las cantan mujeres con tristeza por estar lejos de sus maridos, y reflejan su pena por ser abandonadas o su furia por ser traicionadas.

Hoy día, tan sólo 90 de estas obras son reconocidas por la UNESCO y catalogadas como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidady se caracterizan por la ausencia de fuentes escritas. No obstante, muchas más siguen esperando su reconocimiento y protección, ya que, a través de sus sonidos y representaciones muestran la cultura, la historia y, sobre todo, los pensamientos populares yemeníes.

El estudio y comprensión de las letras de estas canciones, la protección y admiración de este legado por todos, está haciendo que, cada vez más, las personas que visitan Yemen disfruten y sientan las buenas vibraciones de estas legendarias melodías y cuentos que pululan las ciudades y valles del sur de la península arábiga.

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