Ripoll, una de las capitales de comarca catalanas más pequeñas (cuenta tan solo con 11.000 habitantes), fue en el pasado uno de los lugares donde se empezó a forjar la historia de Cataluña.

Ubicada en la confluencia de los ríos Ter y Freser, el monumento más destacado de la capital del Ripollès es su monasterio, de gran valor arquitectónico y simbólico, cuya fundación se remonta al siglo IX.

Vídeo de Ripoll y la comarca del Ripollès

Monasterio de Ripoll

El origen del monasterio de Ripoll está íntimamente ligado a la figura del conde catalán Wilfredo el Velloso (Guifré, el Pilós), quien mandó construir está edificación para su hijo Rodulfo con el objetivo de unificar los condados marítimos y pirenaicos de la entonces incipiente Cataluña.

Izquierda, pórtico románico del Monasterio de Ripoll. Derecha, fachada del monasterio.

Izquierda, pórtico románico del Monasterio de Ripoll. Derecha, fachada del monasterio.

Durante el siglo XI, el monasterio de Ripoll, que contaba con una importante biblioteca y scriptorium, fue uno de los grandes centros culturales del sur de Europa gracias, sobre todo, a la figura del Abad Oliba, biznieto de Wilfredo el Velloso, fundador también de uno de los monasterios más importantes de Catalunya: el de Montserrat.

Abad Oliba

Una escultura del Abad Oliba justo a la entrada del monasterio, inaugurada hace tres años con motivo de su milenario, ensalza y recuerda la importancia que tuvo esta figura en la historia de Catalunya.

Izquierda, interior de la iglesia de Santa María de Ripoll. Derecha, detalle escultórico del interior de la iglesia

Izquierda, interior de la iglesia de Santa María de Ripoll. Derecha, detalle escultórico del interior de la iglesia

La verdad es que el monasterio de Ripoll me fascinó. La entrada cuesta 6,80 euros (precio 2024) pero merece la pena pagarlos porque estamos sin duda ante uno de los monumentos más importantes de la arquitectura catalana.

Qué ver en el Monasterio de Ripoll

El actual monasterio de Ripoll es una reconstrucción que se llevó a cabo durante el siglo XIX bajo el mandato del obispo Morgades. Nada más entrar te encuentras con el portal de Santa María, del siglo XII, un maravilloso pórtico románico esculpido en piedra sobre el que el gran escritor Jacinto Verdaguer (Mossén Cinto Verdaguer) afirmó que era “la Biblia impresa del corazón de Cataluña”.

Una vez atravesado el portal, después de dedicarle varios minutos a observarlo, entras en la iglesia de Santa María de Ripoll. Imponente en la nave central recibe al visitante una copia del estandarte elaborado por el gran arquitecto Puig i Cadafalch el año 1893.

La iglesia de Santa María de Ripoll cuenta con siete ábsides y destacan algunos conjuntos escultóricos de gran importancia como la tumba de Ramón Berenguer IV (aunque los restos que se conservan se creen que son de Ramón Berenguer III) obra del Maestro Llimona, o la de Wilfredo el Velloso.

El tercer elemento más destacable del monasterio de Ripoll es su claustro, dividido en dos plantas, y que se empezó a construir en el siglo XII.

Museo Etnográfico de Ripoll, patrimonio de la gente del pueblo

Si el monasterio de Ripoll es una muestra del poder eclesiástico en la ciudad, el Museo Etnográfico, inaugurado hace poco más de un mes, recoge el patrimonio de la gente del pueblo.

El recinto, que está justo al lado del monasterio, contiene una interesante muestra de los objetos e instrumentos que utilizaron nuestros ancestros. En él se pueden ver, entre otros, collares de madera que ponían a las ovejas, las cintas que usaban las embarazadas (de ahí se cree que viene la expresión de estar en cinta) o una colección de peonzas antiguas.

Museo Etnográfico de Ripoll

Museo Etnográfico de Ripoll

Es muy destacable la sala dedicada a las armas ya que Ripoll fue antaño un importante fabricante de armas de fuego (de hecho fue uno de los grandes motivos por el que fue uno de los primeros bastiones que se tomó durante la Primera Guerra Carlista en Cataluña).

Algunos de los museos más importantes del mundo, como el de la Torre de Londres, expone armas fabricadas en esta localidad catalana. En el Museo Etnográfico de Ripoll también se pueden ver restos de la muralla que rodeaba al monasterio.

Izquierda, instrumentos de labranza que usaban antaño los campesinos. Derecha, el Museo Etnográfico de Ripoll se encuentra en la Plaza Abat Oliba

Izquierda, instrumentos de labranza que usaban antaño los campesinos. Derecha, el Museo Etnográfico de Ripoll se encuentra en la Plaza Abat Oliba

Un paseo por Ripoll

El Monasterio y el Museo Etnográfico son dos lugares que pueden llevar una mañana para visitarlos pero no hay que irse de Ripoll sin hacer un recorrido por su casco antiguo.

El punto de partida de casi todas las rutas por la localidad es la plaza del Ayuntamiento, conocida por los ripolleses como plaza del Corral, porque era donde antaño se ubicaban los animales.

Destaca la escultura llamada 27 de mayo, dedicada a los habitantes de Ripoll que murieron durante la Primera Guerra Carlista. El Ayuntamiento se sitúa al lado del monasterio y está ubicado en unas antiguas dependencias eclesiásticas que, con la desamortización de Mendizábal, pasaron a manos del Estado.

Desde el Ayuntamiento nos dirigiremos a la calle Sant Pere, eje comercial de la población. En el pequeño casco histórico podemos ver algunas callejuelas como la de Tallaferro (Corta Hierro), donde vivían los miembros de este gremio, el carrer Perdut  (calle perdida), llamada así porque se cerró a cal y canto y cayó en el olvido durante la mortal peste del siglo XVI, o la plaza de la Llibertat, conocida como plaza dels Porcs (plaza de los cerdos), porque era donde se ubicaba el antiguo mercado de animales.

Izquierda, plaza de Sant Eudald. Derecha, uno de los puentes de la localidad de Ripoll

Izquierda, plaza de Sant Eudald. Derecha, uno de los puentes de la localidad de Ripoll

Las fraguas de Ripoll

Como he dicho anteriormente Ripoll sufrió los envites de la Primera Guerra Carlista (de hecho se dice que de los 3.000 habitantes que tenía entonces sólo sobrevivieron 1.000) y por este motivo quedan muy pocas muestras de edificios de siglos anteriores. Pero afortunadamente todavía se conservan algunos ejemplos de la industria del hierro, material que se trabajaba en la zona desde el siglo XIV.

En este sentido, uno de los lugares más interesantes para visitar es la fragua Palau (Farga Palau), que dejó de funcionar hace tan sólo 35 años. Sinceramente cuando entras en esta fragua parece que el tiempo se haya detenido en ella porque mantiene el polvo y las telarañas propias de un lugar cerrado hace más de treinta años.

La importancia de la industria del hierro en Ripoll fue reconocida a nivel internacional por una razón: en un inicio se usaban fraguas con manchas pero implementaron un método italiano a base de trompas que hizo que el sistema de fraguas catalanas fuera muy valorado. De hecho el llamado proceso catalán (pese a que el sistema lo inventó un italiano) de las fraguas fue incluso reconocido por la American Society for Metals.

Farga Palau, fragua creada en el siglo XVII y que funcionó hasta el año 1976

Farga Palau, fragua creada en el siglo XVII y que funcionó hasta el año 1976

Plaza de Sant Eudald

Acabaremos este recorrido por Ripoll en uno de los lugares más bonitos de la localidad, la plaza de Sant Eudald, donde se dice que está enterrado San Eudaldo, patrono de Ripoll, al que siempre echan la culpa sus habitantes de que el siete de mayo, día de su onomástica, siempre llueva. Para poner punto y final a la visita por Ripoll y a este reportaje me gustaría explicar una leyenda que envuelve a San Eudaldo.

Se dice que uno de los abades del monasterio de Ripoll mandó a dos monjes a buscar las reliquias de un santo ya que en la zona no había ninguno y era de suma importancia para el monasterio tener un santo al que venerar. En su aventura llegaron a la actual población francesa de Ax Les Thermes y explicaron al dueño de la posada donde se alojaron la misión que tenían.

El posadero, de buena fe, les explicó que en su pueblo se encontraban los restos de un santo muy querido. Ya de noche los monjes fueron al lugar donde se encontraban las reliquias y robaron la cabeza.

De repente, las campanas empezaron a sonar y los habitantes de Ax les empezaron a perseguir. Por suerte o por desgracia, los monjes se zafaron de sus perseguidores y consiguieron llegar a Ripoll donde enterraron los restos donde hoy está la plaza. Desde entonces y hasta nuestros días, Sant Eudald es el patrón de los ripolleses.

Guía práctica del Ripollès

Gastronomía del Ripollès

La gastronomía del Ripollès es excelente. El cordero, Raza Autóctona del Ripollès, la carne de potro y los embutidos son quizás los estandartes de la cocina local. Como colofón dulce a cualquier comida son muy recomendables las populares Carícies y Moixanes, unos barquillos rellenos de turrón.

¿Dónde comer en el Ripollès?

Aula d’Hosteleria del Ripollès
Joan Miró 2-4 (Pol. Ind. Els Pintors)
17500 Ripoll
Tel. 972 704499
http://www.ahripolles.com/cas/aula.htm
Este lugar sirve comida de lunes a viernes de 13.00 a 15.00 de la tarde (previa reserva). Los menús tiene un precio de 11 euros y están elaborados por los alumnos de la escuela.

Lugares recomendados en el Ripollès

Centros de Acogida Turística
Ctra C-26, K. 193
Can Guetes
17500 Ripoll
Tel. 972 11 59 59

Centro de Acogida Turística de Ripoll

Centro de Acogida Turística de Ripoll

Este centro, inaugurado en el año 2010, ofrece información turística de las comarcas del Ripollés, La Garrotxa y l’Empordà. Cuenta con un espacio dedicado a Wilfredo el Velloso, un audiovisual sobre los orígenes de Catalunya y una sala dedicada a las vías verdes de estas comarcas.

Tiene además una tienda y una cafetería y es quizás un lugar ideal para informarse sobre los atractivos de la zona. La información está en cuatro idiomas (catalán, castellano, inglés y francés). 

Curiosidades del Ripollès

El topónimo Ripoll proviene del latín Ribes Pollensis (Ribera Poblada) aunque hay algunos orígenes populares del origen de este nombre. Cuentan que este topónimo procede de la expresión que usó una señora que se dirigía al popular mercado de Ripoll para vender sus pollos.

Acuciada con una terrible sordera, la respuesta de esta señora cuando un lugareño le preguntaba insistentemente adónde iba fue la siguiente: ¡Arri Poll! (Arre pollo).

Más reportajes sobre Cataluña en la web: LLEIDA, destino de TURISMO ACTIVO y de los DEPORTES DE AVENTURA / Ruta turística por el RIPOLLÈS: Sant Joan de les Abadesses, Campdevànol, Gombrèn y Camprodon / Turismo en CAMBRILS: destino familiar en la Costa Daurada / Turismo cultural en Costa Daurada: Ciudadela Ibérica de CALAFELL, de ruta por la historia / Turismo en el Alta Anoia: el paraíso para el senderista

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