Castellón de la Plana, secreto cálido del Mediterráneo
Castellón de la Plana (oficialmente y partir de ahora Castelló de la Plana) es una ciudad mediterránea que tiene mucho que ver y muchas actividades que hacer.
La capital más septentrional de la Comunitat Valenciana destaca por un casco antiguo cómodo y amigable, con una variada oferta cultural, gastronómica y comercial; un distrito marítimo –el Grao– donde degustar los frutos del mar; y 300 días de sol para relajarse en las playas cualquier época del año que invitan a acercarse a Castelló de la Plana y disfrutarla con los cinco sentidos.
Aunque se asiente en el llano (en esa Plana que le otorga muy ufana su apellido) la historia de Castelló se gestó en lo alto de una colina: el cerro de la Magdalena, presidido por un castillo de origen árabe, el Castell Vell, y una ermita.
Esta construcción fue conquistada por el rey Jaime I en el año 1233, pero las duras condiciones de vida de aquella zona hicieron que, una vez en poder de los cristianos, el monarca accediera a su traslado. Y allí, en la alquería de Benirabé, lugar mucho más llano y fértil, la ciudad fue creciendo y consolidándose a orillas del Mediterráneo.
Plaza Mayor de Castelló de la Plana, corazón de la ciudad
Sumergirse en el casco antiguo de Castelló de la Plana es disfrutar de su esplendor medieval que dejó huella en las principales atracciones turísticas diseminadas alrededor de su corazón: la plaza Mayor. En ella conviven armoniosamente varios monumentos: el ayuntamiento, que reside en un palacio de estilo neoclásico; la Concatedral de Santa María, de estilo gótico; y, por último pero no menos importante, el Mercado Municipal.
Pero, sobre todo, en este lugar destaca el gran símbolo de la ciudad: El Fadrí. Esta torre-campanario octogonal de 58 metros cuenta con 11 campanas que han servido para anunciar a lo largo de la historia los más importantes acontecimientos de la ciudad.
Arropando la plaza Mayor se encuentran otros lugares de Castelló de la Plana de recomendada visita: la Lonja del Cáñamo, actualmente sede universitaria; el Casino antiguo, ubicado en un palacio del siglo XVIII; el Teatro Principal, del siglo XIX; el Museo de Etnología, que ocupa en la actualidad una casa señorial, o el Palacio Episcopal, de estilo neoclásico y que data del siglo XVIII.
Castelló de la Plana es también como un gran museo al aire libre, con 111 esculturas repartidas en ocho rutas urbanas que hacen de los paseos una invitación a la reflexión; y decenas de fachadas pintadas convierten sus edificios en inmensos lienzos.
Y para oxigenarse, nada mejor que dar un relajado paseo por cualquiera de su docena de parques y jardines, entre los que destaca el de Ribalta, en el corazón de la ciudad, junto a los modernistas edificios de la Farola.
Castelló de la Plana mira al mar en el Grao
Dos grandes avenidas constituyen la majestuosa pasarela hasta el distrito marítimo de Castelló de la Plana, el Grao, un espacio de ocio ciudadano donde cohabitan en perfecta armonía el Real Club Náutico, el puerto comercial, el pesquero y la lonja, que nutre a la cocina castellonense con sus frutos del mar, base de su plato estrella: el ‘arrocito de Castelló’.
Y frente al Grao se alza una maravilla natural: las islas Columbretes, cuatro grupos de pequeños islotes volcánicos con un valioso fondo submarino.
Playas de Castelló de la Plana
Sus 4 kilómetros de playas están repartidas en tres arenales: el Pinar, Gurugú y Serradal, todas ellas con bandera azul. Y del mar… de nuevo a la montaña, a los orígenes, para disfrutar de dos maravillosos parajes naturales: el Desierto de Las Palmas, compartido por varios municipios y que alberga varios castillos; y la Magdalena, cuya ermita acoge una multitudinaria romería, el tercer domingo de Cuaresma, que supone el momento culminante de las fiestas mayores de esta ciudad de la Comunitat Valenciana.
Más información de Castellón en su web de información turística.