Castillos de Jordania: legado de la dinastía Omeya
En el Desierto del Este de Jordania existen numerosos castillos construidos por los omeyas durante los primeros años del Islam. No son ni mucho menos castillos palaciegos sino complejos que servían como refugio de caza y centros militares donde los gobernantes negociaban con los beduinos, entre otros usos.
Además esta era zona de parada de caravanas y comerciantes que se dirigían a Damasco y escala para los peregrinos que se dirigían a La Meca. Los interiores de estos castillos, decorados con mosaicos, frescos e ilustraciones en estuco, son el reflejo de cómo era la vida durante el siglo VIII. Los castillos más conocidos son los siguientes:
Qusayr-Amra
Es uno de los mejor conservados. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su interior está decorado con frescos con motivos de caza, mujeres bañándose o los seis reyes del mundo (uno de ellos el último rey visigodo Don Rodrigo). En una de sus cúpulas hay una representación del hemisferio norte con los signos del zodiaco. Los baños los usaba el señor de Amra y también por los viajeros de la ruta comercial.
Qsar al-Karraneh
Construido en el siglo VII, aunque está inacabado. Su patio está rodeado de unas 60 habitaciones decoradas por columnas y frisos con rosetones, Cuenta con una inscripción que data del año 710 por lo que se cree que este castillo es uno de los más antiguos. Se dice que estaba destinado al hospedaje de las caravanas, aunque probablemente era un lugar de encuentro entre omeyas y beduinos.
Qasr al-Azraq
Situado a las afueras de la ciudad de Azraq, este castillo fue construido sobre un fuerte romano y ocupado por los omeyas. Aquí se alojó Lawrence de Arabia durante el invierno de 1917. Destruido por un terremoto en el año 1927, todavía se puede adivinar el comedor, la cocina y los establos y una pequeña mezquita del siglo XIII.
Los castillos pueden ser visitados en circuitos de un día desde Amán o bien pasando una noche en la ciudad de Azraq.