Durbuy, la capital europea de la mermelada
Durbuy es un municipio de Bélgica, situado al este de la región de Valonia. Es un pueblo muy pequeño que hasta 1977 tuvo un título muy curioso, el de ciudad más pequeña del mundo. En la actualidad ya no ostenta este calificativo pero mantiene la esencia de esas villas tan características, en gran parte, gracias los comercios locales establecidos allí desde hace generaciones. De hecho, en Durbuy no encontrarás ni grandes marcas internacionales ni franquicias de ningún sector.
Uno de los establecimientos locales más emblemáticos es la tienda de mermeladas artesanales Saint Amour, situado en el número 13 de la homónima calle. Es un pequeño comercio familiar cuyo negocio ha pasado de generación en generación gracias al éxito de sus exquisitas mermeladas.
En total tiene una oferta de más de 40 variedades de mermeladas entre las que destacan algunos de los sabores extravagantes como las de cebolla, ruibarbo o escarola. Asimismo, los maestros artesanos valones de Saint Amour también hacen confituras, gelatinas, cervezas artesanales, vinagres y productos medicinales fabricados con ingredientes naturales que crecen en la región, como el saúco y el espino.
Además de la tienda, Saint Amour abre las puertas de su taller de Durbuy donde se puede ver un documental sobre la fabricación de sus productos, que se cocinan a fuego lento en grandes cuencos. La época de elaboración de las mermeladas es la primavera cuando se recolectan la mayoría de los ingredientes de primerísima calidad que se usan como base.
Saint Amour es uno de los rincones icónicos de Durbuy, ya que el hecho de que perdure durante generaciones en un municipio tan pequeño demuestra que en este pueblo de Valonia todavía prevalece la fuerza de la identidad local y el arraigo a los negocios pequeños e históricos.
Aunque el Ayuntamiento durbuysien no prohíbe la entrada de marcas y empresas internacionales es la propia identidad de Durbuy y factores como el clima o la densidad de población los que hacen implícito y lógico el hecho que a día de hoy esta villa valona tan solo hospede comercios locales nacidos allí.
Así, en un mundo global, la carta de presentación de la localidad de Bélgica de Durbuy es la de un lugar que potencia las empresas locales ubicadas en sus adoquinadas y medievales calles como uno de sus máximos atractivos para los turistas y sus habitantes.