Líneas de Nasca: en busca del Perú misterioso
Las Líneas de Nasca, llamadas así desde su descubrimiento en el año 1927, son los vestigios más increíbles jamás dejados por una cultura pre-inca que vivió tres siglos antes de la era cristiana en Perú. Son geoglifos y trazos dibujados a base de surcos de 20 centímetros de profundidad que forman imágenes de casi 500 metros de longitud.
Líneas de Nasca © Talía Barreda
Representan aves de hasta 275 metros de largo (colibríes gigantes, cóndores, una garza, una grulla, entre otras) y otros animales como un mono, una araña, una ballena de 27 metros, un perro con patas y cola largas o dos llamas, por mencionar algunos.
Líneas de Nasca © Enrique Castro-Mendívil
Estos geoglifos, que cubren una superficie de 450 kilómetros cuadrados y son Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1994, se encuentran en las Pampas de Jumana, en el peruano desierto de Nazca.
Lo más inquietante es que las líneas de Nasca solo se pueden ver desde el aire por lo que hay numerosas teorías sobre su origen y los usos que les dieron sus creadores. Hay quien piensa que son pistas de aterrizaje para OVNIS o quien cree que son un gigantesco sismógrafo.
Una de las teorías más verosímil es que la que sostiene la alemana María Reiche quien afirma que las líneas de Nasca forman un monumental calendario astronómico.
© Enrique Castro-Mendívil
También se cree que las líneas tuvieron una función vinculada a la astronomía o, incluso, fueron un culto a la fertilidad. Lo que está claro es que el misterio de las líneas de Nazca quizás nunca llegue a resolverse.
Reserva Nacional de Paracas
En la misma región se encuentra la Reserva Nacional de Paracas, un rico ecosistema que abarca 335.000 hectáreas de extensión. En su conjunto sirve de hábitat natural y refugio para pelícanos, pingüinos, delfines, lobos marinos, infinidad de peces y crustáceos, así como para especies endémicas como el gato marino o el pingüino de Humboldt.
Lobos marinos en Paracas
A una hora de navegación se encuentran las Islas Ballestas, un paraíso para gran cantidad de aves migratorias y lobos marinos. Creada en 1975, la Reserva Natural de Paracas tiene impresionantes playas, monumentos naturales esculpidos en la roca y uno de los mares más ricos del mundo, gracias a los afloramientos marinos que elevan hacia la superficie grandes masas de plancton, alimento vital de innumerables especies de peces. Por estos motivos esta zona fue declarada como Sitio Ramsar por la Convención de Humedales de Importancia Internacional en el año 1991.
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