Marisquear en Rías Baixas con un profesional
Una de las actividades más tradicionales de las Rías Baixas es el marisqueo, una modalidad de pesca con la que se extraen moluscos e invertebrados marinos y que tanto puede ser a pie o a flote.
Este oficio está regulado por la Consellería de Pesca y Asuntos Marítimos de la Xunta de Galicia para evitar así la recolección furtiva que tanto daño hace al medio ambiente y al trabajo de estos profesionales.
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Vídeo marisqueo en Rías Baixas
Marisqueiras profesionales
El marisqueo ha sido un trabajo que han realizado tradicionalmente mujeres ya que los hombres mientras tanto estaban en el mar faenando. Aunque ahora es habitual ver a algún varón, la mayoría de mariscadoras siguen siendo mujeres que combinan habitualmente salir a las rías con otra actividad.
Algunas asociaciones ofrecen la oportunidad a turistas y a locales de ser mariscadores por un día, previo pago de una cuota bastante exigua, y aprender así los entresijos de este oficio ancestral que es tan antiguo como la caza o la pesca. Prueba de ellos son los cuncheiros que se han encontrado en toda Galicia asentados en la costa.
Marisquear en Cambados
Ir a marisquear con una profesional requiere estar dispuesto a madrugar porque el horario de trabajo depende de las mareas y, a veces, la bajamar diurna que es el único período en el que se puede ir a las rías a recoger marisco puede ser a primera hora del día. A nosotros nos citaron a las siete de la mañana en el barrio de Santo Tomé, en Cambados.
Allí nos esperaba María José, mariscadora profesional, que nos llevó al local de su asociación para ataviarnos con el equipo necesario para poder caminar por la ría de Arousa sin mojarnos ni llenarnos de arena. En esta excursión nos acompañaba nuestro hijo de seis años al que también lo acicalaron con unas botas de agua y un rastrillo de juguete. En este sentido, esta actividad es muy recomendable para hacerla con los peques ya que para ellos es totalmente sorprendente y les llama profundamente la atención.
Sales a caminar por la ría cuando la marea está bajando y has de desplazarte hasta el lugar que tu guía-mariscadora considere óptimo para empezar a trabajar.
Con un rastrillo grande vas buscando en la arena los moluscos. En este caso nosotros teníamos que recoger almeja fina y almeja japónica aunque también se pueden recolectar berberechos, navajas, lapas y otros tipos de almejas, entre otras especies.
Al empezar la jornada en el centro de control, donde se reúnen previamente a las salidas, les recuerdan cuál es la cantidad que han de recolectar para evitar así la sobreexplotación.
En esta ocasión el límite era de un kilo de almeja fina y de tres para la japónica, una especie por cierto que se introdujo en los mares de Europa en los años 70 del siglo pasado.
Una vez empiezas a encontrar almejas has de mesurarlas con unos medidores (uno para cada tipo) ya que, si son pequeñas, se han dejar en el agua para que crezcan.
Mi hijo se convirtió en un experto ya que pieza que encontraba pieza a la que tomaba medidas y merecía la pena ver su cara cuando su hallazgo era de grandes dimensiones y pasaba el filtro de tamaño.
En este sentido, las mariscadoras salen a trabajar unos días determinados al mes de los cuales algunos pocos están dedicados a la resiembra de la rías para garantizar que el marisco no se agote.
Una vez que las mariscadoras ya han recogido la cantidad estipulada han de volver al centro de control donde se pesa, se hace un triaje y se lleva a continuación a las lonjas donde allí se subasta.
Vídeo de lonjas y mercados de abastos en Rías Baixas
Es una verdadera experiencia asistir a una subasta de pescado y marisco en Galicia sobre todo si son las cantadas que suelen ser a primera hora de la mañana y en las que, aunque hables gallego, no vas a entender gran cosa por la velocidad a la que hablan.
Antes de ir a una lonja te has de cerciorar si puedes estar presente o no en la venta porque últimamente se está limitando la presencia de público en estos eventos.
Una vez acabada la subasta y dependiendo de la zona de recogida del molusco, el producto o se lleva directamente a los mercados de abastos o a los restaurantes o bien ha de pasar por una depuradora para eliminar así los microorganismos que podrían ser perjudiciales para el consumidor.
Después de este proceso, los exquisitos productos del mar gallego ya están listos para ser degustados y qué mejor lugar que las Rías Baixas para saborear este manjar maridado siempre con un buen vino albariño.