Una tarde en el Monasterio de Poblet
El Monasterio de Poblet, situado en el municipio tarraconense de Vimbodí, es uno de los conjuntos arquitectónicos más bellos de Cataluña y, sin duda, uno de los monumentos monásticos más importantes de Europa.
Yo lo he visitado en varias ocasiones (cabe decir que tuve la suerte de casarme allí) ya que me gusta hacer excursiones por las montañas de Prades, un bello paraje donde se encuentra la gran masa forestal del bosque de Poblet, de vegetación variada y frondosa, que había sido una de las muchas posesiones del cenobio.
Para entrar al recinto hay que atravesar dos puertas, la de Prades y la Dorada. Esta última da paso a una gran plaza irregular donde todavía hay vestigios de antiguos edificios y donde se encuentra la Hospedería.
Fundado a mediados del siglo XII y declarado en el año 1991 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Poblet es el más grande de la llamada Ruta del Císter que completan los monasterios de Vallbona de les Monges y el de Santes Creus.
Monasterio hecho por reyes y para reyes, aquí están enterrados algunos de les monarcas más importantes de la Corona de Aragón como Alfonso I el Casto, Jaime I el Conquistador, Pedro III el Ceremonioso o Martín I el Humano, entre otros, además de algunas de sus respectivas cónyuges.
El espacio que llama más la atención del Monasterio de Poblet es su iglesia de planta basilical, en la que además de la celebración de la misa, tienen lugar conciertos por su acústica excelente.
De este lugar destaca su imponente y llamativo retablo en alabastro de traza arquitectónica, obra de Damián Forment que lo ejecutó entre 1527-1529 a instancias del abad Pedro Caixal durante el reinado de Carlos I.
Uno de lugares preferidos del Monasterio es el claustro gótico, construido entre los siglos XII y XIII, un espacio rodeado de unas galerías donde se abren las dependencias de la vida comunitaria. Es un sitio tranquilo en el que solo rompen el silencio el murmullo del agua del templete y el tañido de las campanas.
Otros espacios que se pueden ver durante la ruta guiada por Poblet son la sacristía, del siglo XVIII, proyectada por el abad Francesc Dorda, el refectorio, del siglo XII, concebido en continuidad arquitectónica con la iglesia del monasterio y la sala capitular. Asimismo, la visita pasa por la cocina, el comedor, la biblioteca, el dormitorio, el sobre claustro, desde donde se ven las murallas (s.XIV), y la antigua bodega.
El Monasterio de Poblet alberga dos museos el de la Restauración y el del Palacio del Rey Martín (a este último solo se puede acceder los fines de semana). Por un lado, el Museo de la Restauración está en la sala del abad Mengucho quien, en el siglo XV, la destinó a dormitorio. Aquí se exponen piezas que tienen relación con la restauración del monasterio como la colección de dibujos sobre el Poblet anterior al 1835, de Marià Ribas, o las maquetas del taller de Frederic Marés que sirvieron para la restauración de las tumbas reales.
Por su parte, el Museo del Palacio del Rey Martín, ubicado en las estancias del inacabado palacio que mandó edificar Martín I el Humano en el siglo XV, está constituido por un fondo de arte que el monasterio ha recibido de su propio pasado (fragmentos de alabastro, utensilios de cristal autóctono de la zona de Poblet o cerámica de origen diverso), y de donaciones privadas. De la colección de pintura destaca el San Bernardo de Claudio Sánchez Coello, y obras del siglo XIX, de Mariá Fortuny, Ramón Martí Alsina y otros artistas.
Los horarios para visitar el Monasterio de Poblet son muy concretos ya que solo está abierto al público los días laborables de 10.00 a 12.30 y de 15.00 a 17.50. En invierno, por eso, está abierto hasta las 17.25 y los domingos y festivos comienzan las visitas de la mañana media hora más tarde. Por su parte, las entradas generales cuestan 12 euros sin guía (precio 2020) y hay varios descuentos para personas mayores, paradas y jóvenes.
Más información en el 977 870 089, ext. 459 o en el mail visita@poblet.cat