Otoño en Estonia
Mucha gente piensa que Estonia es un país habitado por osos polares y muñecos de nieve. Sin embargo, en Estonia encontramos cuatro estaciones bien diferenciadas, sobre todo por los colores que nos rodean en cada una de ellas; del blanco del invierno, a los verdes y amarillos de la primavera y el verano y los rojos y naranjas que bañan de luz las tierras de Estonia en Otoño, sin olvidar el intenso color azul del cielo de este país a orillas del Mar Báltico. El otoño es la mejor época para acampar o simplemente, para pasear (eso si, no olvide llevar un chubasquero, ya que puede verse sorprendido por un chubasco aislado.)
Si lo que le gusta son las vacaciones al aire libre, disfrute de las pistas forestales en el parque natural de Lahemaa o de las visitas guiadas por sus mansiones. En este parque, el más grande de Estonia, podrá admirar las enormes rocas erráticas que salpican las aguas del mar Báltico y respirar la fresca brisa marina de su costa, rodeada por frondosos bosques de pinos; como alternativa, puede explorar las dunas de arena en la pista natural de Oandu.
Parque Nacional de Lahemaa
En la Mansión Palmse se aloja el centro natural del parque, en su interior encontraremos muebles, cuadros y vestidos de los siglos XVIII y XIX, en ella se ha intentado recrear el ambiente de estos dos siglos. Los jardines de esta mansión, son el sitio ideal para un picnic, para pasear o también podremos tomarnos un café en el Isabella Café, una cafetería situada a la orilla de un bello estanque, el sitio ideal para relajarse.
Otra mansión situada en el Parque Nacional de Lahemaa, que merece la pena visitar es la de Vihula, en la actualidad un precioso hotelito a orillas de un tranquilo río. En él podremos desde celebrar una boda o cualquier tipo de fiesta a darnos un relajante masaje en su spa y eso sin olvidar que al encontrarse dentro del parque nacional, tendremos todas las excursiones y paseos a un paso de nuestro alojamiento.
Desde Tallinn, podemos coger la carretera a Tartu y parar en Poltsamaa, famosa por sus excelentes vinos de bayas. Si tienes niños, lo mejor es que los lleves a visitar el zoológico de Elistvere, en el condado de Jovega o bien, puedes disfrutar con tus hijos de la excursión al museo del juguete situado en Tartu. También en Tartu, de la que cabe destacar su ambiente académico y bohemio, podremos pasar varios días mientras visitamos sus teatros, sus restaurantes y cafés y por supuesto, su universidad, que data del año 1632.