12 ciudades y pueblos imprescindibles para visitar este verano cerca de Barcelona

Si estáis cansados del sol y la arena de las playas, muy cerca de Barcelona podéis visitar villas, pueblos y ciudades con encanto, donde descubrir parte de la auténtica cultura catalana y lugares que han inspirado a grandes artistas de esta tierra.

Villas marineras

Arenys de Mar

El mar Mediterráneo ha marcado la cultura catalana. En Arenys de Mar, en la comarca del Maresme, os recomendamos visitar su encantador puerto pesquero y deportivo, y contemplarlo desde sus torres defensivas, que prevenían de los saqueos de los piratas y que todavía siguen en pie.

A finales de junio podéis ir a la Crema de la Bota (Quema de la Barrica), unos días después de San Juan, para conmemorar la consagración de la parroquia de Santa María.

También podéis disfrutar de su Fiesta Mayor a principios de julio, o deleitaros con un concierto durante el Festival de Jazz de julio y agosto. En su cementerio encontraréis obras escultóricas de artistas modernistas de renombre, como Josep Llimona o Venanci Vallmitjana.

Sant Pol de Mar

Si seguís hacia el norte por la misma costa del Maresme, antes de llegar a Calella, descubriréis Sant Pol de Mar, un pueblo pescador de casas blancas escalonadas y estrechas calles, con la ermita románica de Sant Pau vigilando la playa.

Además de disfrutar de la comida de la zona, durante la “Muestra Gastronómica de Sant Pol” de junio, podréis divertiros en la Fiesta Mayor de Sant Jaume de julio, o disfrutar de las habaneras en el festival que celebran en la playa en agosto.

Sitges

Hacia el sur de Barcelona, pasado el macizo del Garraf, llegaréis a Sitges, villa marinera de la comarca por excelencia, con una oferta gastronómica y cultural envidiable. Fue la residencia de Santiago Rusiñol, uno de sus habitantes más ilustres, representante del Modernismo catalán; no dejéis de visitar El Cau Ferrat —ahora casa-museo— que fue su taller y donde numerosos artistas de la época le visitaron.

En Sitges merece la pena perderse entre sus calles, sorprenderse con su arquitectura y hacerlo coincidir con sus festividades. Celebra dos Fiestas Mayores: el 24 de agosto, en honor a Sant Bartomeu, y más tarde, el 23 de septiembre, por Santa Tecla. Esta última también coincide con la Fiesta de la Vendimia, una de las actividades más importantes que viene celebrándose desde hace siglos.

Iglesia de Sant Bartomeu de Sitges / Diputación de Barcelona

Vilanova i la Geltrú

Siguiendo el Camino de Ronda por la costa llegaremos a Vilanova i la Geltrú, también en la comarca del Garraf. La relación de esta localidad con Cuba y los emigrados de la isla influenció el barrio marinero que se conoce como la Havana Xica (Pequeña Habana).

En esta villa es imprescindible disfrutar de las Fiestas de Sant Pere a finales de junio y de su Fiesta Mayor, a principios de agosto. Además, a lo largo de todo el verano, podréis encontrar mercadillos de artesanía.

Pueblos de montaña

Mura

Si queréis un lugar más recóndito, pero con encanto, junto al Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac está el pueblo medieval de Mura, en la comarca del Bages. Callejuelas empedradas y edificios antiguos dignos de admirar antes de adentraros en el bosque o de caminar por las cuevas. También es ideal ir durante la Festa de batre el cigronet (Fiesta de trillar el garbanzo), excelente producto de la zona, a principios de septiembre.

Rupit

Anclado al macizo de Collsacabra, en la comarca de Osona, encontraréis el laberinto de casas y calles de Rupit. Es un pueblecito repleto de fachadas de piedra, balcones de madera y tejados a dos aguas tradicionales, que os servirá de punto de partida para ir al Salt de Sallent —una cascada de agua de más de 15 metros— o a los pantanos de Sau o de Susqueda.

Rupit desde el mirador de La Palomera / Diputación de Barcelona

Castellar de n’Hug

En la comarca del Berguedà, como puerta de entrada a los Pirineos, tenéis el Parque Natural del Cadí-Moixeró y el Pedraforca, una de las montañas más emblemáticas de Cataluña. Y entre los dos, se encuentra Castellar de n’Hug, un pueblo de callejuelas desde el cual, con una ligera caminata, podréis visitar Las Fuentes del Llobregat: el nacimiento de uno de los ríos más importantes de Cataluña. También podéis seguir la Ruta de los Contrabandistas hacia Osseja, una caminata popular de 26 kilómetros que se realiza a finales de junio.

Montclar

También en la comarca del Berguedà, antes de llegar a Berga, deteneos en Montclar. Es un pueblo de casas de piedra de los siglos XVI y XVII, que fue rehabilitado en la década de los sesenta por excursionistas, situado en lo alto de una colina y entre campos agrícolas y masías antiguas.

A finales de julio es su Fiesta Mayor, pero su fiesta más tradicional es la Fira de Reis (Feria de los Reyes Magos), en enero, donde es posible comprar productos de la zona y degustar el plato del día con butifarra, tocino fresco y alioli de membrillo.

Ciudades con carácter

Manresa

Alejarse del bullicio de la costa y adentrarse en las ciudades del interior es también una buena opción. En el centro de Cataluña, en la comarca del Bages, encontraréis la ecléctica Manresa, a los pies de Montserrat.

Es el destino final del camino Ignaciano que sale de Guipúzcoa, y en sus edificios podréis admirar arquitectura medieval, gótica (como la de La Seu, su catedral) y, también, obras de estilo barroco, modernista o industrial. Catad los vinos de la DO Pla de Bages durante las Fiestas de Sant Ignasi en julio o en su Fiesta Mayor en agosto.

La Seu de Manresa / Shutterstock

Terrassa

Si os gusta el Modernismo, Terrassa es un claro exponente: la Masía Freixa, la Casa Alegre de Sagrera o el Vapor Aymerich son sólo algunos ejemplos, y podréis disfrutar de una recreación de la época durante la Feria Modernista que celebran cada año a principios de mayo.

Además, esta ciudad de la comarca del Vallès Occidental es la sede de las iglesias visigóticas de Sant Pere, Sant Miquel y Santa Maria. Y para ver Terrassa desde otra perspectiva, podéis subir a su cima más emblemática, la Mola, dentro del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, y desayunar, almorzar o cenar en el restaurante ubicado allí arriba.

La Masía Freixa de Terrassa / Diputación de Barcelona

Vilafranca del Penedès

Vilafranca del Penedès transmite la esencia de Cataluña a través de sus calles. La capital de la comarca del Penedès fue la bisagra entre las zonas cristiana y musulmana a comienzos del siglo XII. Es una puerta de entrada al mundo del vino catalán, con su DO Penedès, y ofrece numerosas bodegas para visitar y donde poder catar sus vinos.

Además, es una de las plazas castelleras más importantes del país: en la Diada de Sant Fèlix, a finales de agosto, durante su Fiesta Mayor, se puede ver a las “colles” principales levantando los castells (castillos humanos) más espectaculares.

Vic

Vic nos transporta a través de la historia del territorio. Capital de la comarca de Osona, sede obispal y ciudad universitaria, tiene un centro histórico medieval, un templo romano del siglo II y una catedral con fachada neoclásica, campanario románico y un claustro gótico.

Más allá de su historia, no debéis iros sin antes sentaros a la mesa y degustar algunos de los productos típicos de la zona, como la llonganissa, la somalla o el pa de pessic. A finales de junio y principios de julio celebran las Fiestas de Sant Miquel dels Sants, en las que se combinan actos más modernos con antiguas tradiciones, como el Ball de l’Àliga (Baile del Águila) o la Dansa de l’Espígol (Danza de la Lavanda).

Plaza Mayor de Vic / Diputación de Barcelona

Más información en www.barcelonaesmoltmes.cat

Contenido ofrecido por la Diputación de Barcelona