Vall de Boí, el Pirineo de Lleida en su máxima expresión
Vall de Boí es uno de los mejores destinos del Pirineo catalán para pasar un verano tranquilo y seguro en plena naturaleza con toda la familia.
Situado al norte de la provincia de Lleida, concretamente en la comarca de l’Alta Ribagorça, Vall de Boí puede presumir de tener un patrimonio arquitectónico y paisajístico más que interesante.
En este destino de las montañas de Lleida, acreditado con la marca naturaleza y montaña en familia de l’Agència Catalana de Turisme, hay nueve joyas del románico catalán siendo la más icónica la iglesia de Sant Climent de Taüll.
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Patrimonio románico de la Vall de Boí
El conjunto románico de la Vall de Boí, patrimonio de la humanidad por la Unesco desde el año 2000, está formado por ocho iglesias y una ermita, todas ellas edificadas entre los siglos XI y XII, cuando el románico se expandió por toda Europa.
Los templos más conocidos son el anteriormente mencionado de Sant Climent además de Santa María, también ubicada en el pueblo de Taüll, y Sant Joan, en la localidad de Boí.
Las pinturas románicas de la iglesia de Sant Climent de Taüll tienen una innovadora presentación a través de un vídeo mapping que recrea los frescos originales dentro del ábside mayor y el presbiterio de la nave central.
En este sentido el pantocrátor de Sant Climent de Taüll es considerado una obra maestra del románico europeo y ha fascinado a artistas de las vanguardias del siglo XX como Picasso. Cabe resaltar que las pinturas originales de Sant Climent y de Sant Joan de Boí fueron arrancadas usando una técnica muy sofisticada que se llama strappo y actualmente se conservan en el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) en Barcelona.
Por su parte, Sant Joan de Boí es la iglesia más antigua del conjunto románico del valle. Cuenta con todos los elementos arquitectónicos del románico del siglo XI con las típicas decoraciones lombardas en el campanario. Aunque si por algo destaca Sant Joan de Boí es por sus pinturas murales.
El románico desconocido: Durro y Erill la Vall
Además de estas tres iglesias hay otros templos menos conocidos pero no por ello menos interesantes. En la tranquila población de Durro, por cuyas calles merece la pena dar un paseo, encontramos otro iglesia maravillosa, la de la Nativitat.
En su interior se expone la imagen románica de Nicodemo, que originariamente formaba parte de un conjunto del Descendimiento de la Cruz.
Desde la iglesia se ve la única ermita que forma parte de las 9 joyas del románico de Vall de Boí. Se trata de la ermita de Sant Quirc, un edificio del siglo XII, de dimensiones reducidas y con aportaciones barrocas. Desde su emplazamiento se tienen unas de las mejores vistas de Vall de Boí.
Otra de las iglesias que más nos llamó la atención fue la de Santa Eulàlia d’Erill la Vall que tiene quizás el campanario más impresionante de Vall de Boí no solo por su altura sino por los frisos típicos del románico lombardo que luce.
Justo a la lado de la iglesia se encuentra el Centro del Románico de la Vall de Boí, donde se puede conseguir información sobre la historia del románico catalán o de las técnicas arquitectónicas y pictóricas usadas.
Excursión al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici
Hablar de Vall de Boí es hacerlo también del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici.
Es el único parque nacional de Cataluña (desde el año 1955) y quizás uno de los rincones más bonitos de los Pirineos Catalanes gracias a la cantidad de lagos, cascadas y senderos que se hallan aquí además de su gran variedad de flora y fauna autóctona.
El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici ocupa más de 10.000 hectáreas y cuatro comarcas leridanas (l’Alta Ribagorça, la Val d’Aran, el Pallars Jussà y el Pallars Sobirà) y uno de los accesos al parque se encuentra en la Vall de Boí.
Entrar al Parque Nacional de Aigüestortes es muy fácil desde aquí ya que, por un lado, se puede acceder a pie o en bici o bien gracias al servicio de taxis cuatro por cuatro que salen desde la plaza del Treio de Boí (justo al lado de la iglesia de Sant Joan) hasta el llamado planell d’Aigüestortes.
Aquí comienza un recorrido de pasarelas muy recomendable para familias con niños y para personas en silla de ruedas ya que está totalmente adaptado. Además, los caminos son muy llanos y las pasarelas atraviesan riachuelos, pequeños lagos (las llamadas “aguas torcidas”) y alguna que otra cascada.
Es muy aconsejable hacer una excursión con un guía experimentado. En nuestro caso nos acompañó Roc Subirà, quien nos explicó muchas curiosidades de la flora y de la fauna del parque y amenizó la excursión con numerosas anécdotas.
Relax en el Balneario de Caldes de Boí
Otra actividad que se puede realizar en Vall de Boí es disfrutar del balneario de Caldes de Boí, un centro termal que cuenta con 37 fuentes naturales de agua termal que salen en los jardines del recinto que ocupan una superficie aproximada de 24 hectáreas.
El balneario de Caldes de Boí ofrece tratamientos médico-estéticos, además de las actividades clásicas de los balnearios como el jacuzzi, el pediluvio o el baño turco.
¿Dónde comer en la Vall de Boí?
La gastronomía de Vall de Boí es la típica de los valles de montaña pirenaicos. A nosotros nos encantó la propuesta culinaria del Hotel l’Aüt, en Erill la Vall, donde nos sirvieron una escudella típica, un paté de hígado de cerdo y un carpaccio de ternera ecológica con virutas de queso “Serrat Blau” de Taüll que recordaremos durante mucho tiempo por su excelencia.
También nos gustó la propuesta del Hotel Pey, donde hacen unas hamburguesas excelentes con carnes de altísima calidad.
¿Dónde alojarse en la Vall de Boí?
Aunque los dos establecimientos que he mencionado anteriormente son buenos sitios para alojarse nosotros escogimos el Hotel Manantial en el complejo del Balneario de Boí. Es el lugar perfecto para desconectar porque no hay 4G y en algunas habitaciones no llega la conexión wifi.
Vídeo del Pirineu de Lleida
Información práctica
Más información: www.vallboi.cat/es y en www.aralleida.cat/es/turismofamiliar