Ruta de los Conjuntos Históricos por la provincia de Salamanca
La provincia de Salamanca cuenta con catorce municipios declarados conjuntos históricos aparte de la capital charra que es Patrimonio de la Humanidad. Gran parte de esta riqueza arquitectónica y cultural se distribuye en las comarcas del sur de la provincia si bien están presentes por todo el territorio.
En este sentido seis de estos núcleos se encuentran en la Sierra de Francia (La Alberca, Mogarraz, Miranda del Castañar, Sequeros, San Martín del Castañar y Villanueva del Conde) mientras que en la Sierra de Béjar despuntan Candelario, Béjar y Montemayor del Río.
En la frontera con Portugal destacan San Felices de los Gallegos y Ciudad Rodrigo y en el llano salmantino se extienden los conjuntos históricos de Ledesma, Peñaranda de Bracamonte, Alba de Tormes, y Salamanca.
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Un paseo por el patrimonio de la Sierra de Francia
La Alberca es una de las localidades más bellas de la Sierra de Francia y el primer pueblo de España declarado Conjunto Histórico en el año 1940. El entramado serrano de su arquitectura tradicional proyecta las casas hacia el cielo, conservando escudos e inscripciones medievales.
Un buen momento para visitar La Alberca es durante algunas de sus fiestas como La Loa, el Corpus o el Día del Pendón. Miranda del Castañar, por su parte, es una villa rodeada por murallas en las que destacan las torres solemnes del Homenaje y de las Campanas.
En la localidad salmantina es muy recomendable pasear por la calle Derecha, donde destacan importantes escudos nobiliarios, hasta llegar a la puerta del Postigo por donde saldremos del recinto amurallado.
El Camino de los Prodigios une este pueblo con Villanueva del Conde, que llama la atención por sus murallas, por la gran manzana que forman sus casas y edificaciones y por una zona de huertas que allí llaman huertitas.
El patrimonio también es muy original en Mogarraz, una localidad de Salamanca en cuyos rincones encontraremos una bella arquitectura de entramado y originales dinteles, frecuentemente grabados con alusiones religiosas.
No hay que dejar de visitar la ermita del Humilladero o la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, donde se celebra en agosto el Ofertorio a Nuestra Señora, una ocasión única para admirar los tradicionales ropajes y joyas serranos.
Mogarraz es un buen punto de partida para recorrer el Camino del Agua, una de las rutas de Arte en la Naturaleza de la Sierra de Francia.
En San Martín del Castañar todavía hay topónimos y advocaciones que recuerdan a los gascones que llegaron a este territorio durante la Edad Media. La arquitectura tradicional serrana también está presente en esta localidad además de antiguas casas blasonadas y una iglesia con un destacado artesonado mudéjar.
En el castillo de San Martín del Castañar hay un centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia.
Por último, Sequeros ocupa un espacio central en la Sierra de Francia que le llevó a ostentar la capitalidad comarcal en el siglo XIX. Cuenta con una ruta urbana muy aconsejable en la que sobresale una arquitectura tradicional bien conservada, con fachadas y dinteles de granito.
Descubriendo la Sierra de Béjar
Béjar, Candelario y Montemayor del Río son los conjuntos históricos de la Sierra de Béjar, una de las más emblemáticas de Castilla y León. El primero de ellos destaca por su majestuoso palacio, sus interesantes iglesias románicas y su paseo urbano que aglutina el museo judío David Melul, el Textil o el del escultor Mateo Hernández.
Es muy interesante la visita al jardín histórico conocido como El Bosque, una villa de recreo renacentista construida por el Duque de Béjar, a quien Cervantes dedicó El Quijote.
Se puede realizar también la ruta de las fábricas textiles que introduce al visitante en la antigua tradición industrial de esta villa ducal. Asimismo, los amantes de los deportes de invierno tienen muy cerca la estación de esquí de Sierra de Béjar-La Covatilla.
La imagen de la villa de Candelario recostada en la sierra de Francia es una de las instantáneas más bellas de la provincia de Salamanca. Sus calles empinadas, con sus características acequias urbanas, y su tradición chacinera son dos de los atractivos más emblemáticos de este municipio charro.
En la Sierra de Béjar también se encuentra Montemayor del Río, ubicado junto a antiguas vías de comunicación como la Vía de la Plata o el Camino de Santiago del sur y la Cañada Real soriana occidental, una de las principales vías pecuarias de la península.
Destacan de la villa su antiguo puente, que permite cruzar el río Cuerpo de Hombre, su iglesia y su castillo, recuperado recientemente y hoy día Centro de Interpretación del Medievo.
En la frontera con Portugal
Ciudad Rodrigo fue un municipio salmantino que jugó un papel muy importante durante la Guerra de la Independencia. Su herencia patrimonial y monumental es importantísima y de ella destacan algunos edificios civiles como el Castillo de Enrique II, hoy Parador de Turismo, y los palacios de Los Águila, de Los Castro o del Marqués de Cerralbo aparte de muchas casas solariegas.
De su arquitectura religiosa llaman la atención la catedral de Santa María y las iglesias herrerianas de la Tercera Orden o de San Pedro y San Isidoro, entre otras.
Por su parte, San Felices de los Gallegos es una villa que fue motivo de luchas entre las monarquías portuguesa y castellana. En San Felices lo mas destacado es su castillo medieval y el museo del aceite, premio Europa Nostra.
Pone de manifiesto su antigüedad un verraco (una escultura de piedra que representa generalmente a un cerdo y que data del siglo II a.C. aproximadamente) que ornamenta una de sus entradas.
Un paseo por el llano salmantino
A orillas del río Tormes se levanta Ledesma, la antigua Bletisa romana, civilización de la cual todavía conserva algunos vestigios como el Puente Mocho. Más antiguo es todavía el verraco que se que se encuentra en los jardines de la Fortaleza.
De sus iglesias destacan la de Santa María la Mayor, uno de los templos góticos más importantes de la provincia, la de Santa Elena y la de San Miguel, que acoge Bletisa, centro de interpretación histórica de Ledesma.
Peñaranda de Bracamonte fue una importante villa desde el siglo XIV cuando empezó a tener privilegios para celebrar ferias y mercados. El virrey de Nápoles, Gaspar de Bracamonte y Guzmán, fundó aquí el convento de las Madres Carmelitas, museo de arte religioso que atesora una espléndida colección de pintura napolitana.
El virrey de Nápoles es a Peñaranda como la Casa de Alba a la bella localidad de Alba de Tormes. Su espléndido palacio ducal, el monasterio de la Asunción, que acoge el sepulcro con las reliquias de Santa Teresa y el Museo Carmelitano Carmus, y los conventos de Santa Teresa y de los Padres Carmelitas son algunas muestras del impresionante patrimonio de esta villa del llano salmantino.
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