Un recorrido por el Alentejo rural
El Alentejo rural hay que descubrirlo viviéndolo por dentro, paseando, captando sus señales. Siempre es buen momento para descubrir o redescubrir el Alentejo, pero quizás el otoño sea la época del año en la que poder contemplar sus paisajes en plenitud. En octubre no hay nada como pasear sin rumbo para contemplar la extensa paleta de marrones en los que se transforma el Alentejo y disfrutar del sol del llamado “verano de los membrillos”. En noviembre hay que probar el vino nuevo por San Martín, y además es el mejor momento para visitar lugares en fiesta como Marvāo, CabeÇāo, Borba o Vila de Frades.
El inconfundible trazo de la arquitectura rural está presente en los “montes” de las grandes haciendas, en el caserío más antiguo de las ciudades, pueblos y aldeas o en las ermitas que pintan de blanco la cumbre de los cerros. Las construcciones se han integrado en el paisaje como si formasen parte de él, han utilizado materiales y soluciones adaptados al clima y a la función y han formado conjuntos naturalmente equilibrados que, aún hoy, son fuente de inspiración para las intervenciones contemporáneas.
Bosques de Alentejo
La artesanía del Alentejo se encuentra en fase de cambio. Pasados son los tiempos en los que sólo se identificaba con los viejos maestros que trabajaban el barro, hierro, estaño, madera, corcho, mimbre, cuero, pieles o cuerno, y con las mujeres que pintaban la loza de diario, hacían encajes y bordados o pasaban interminables horas alrededor de los telares. Actualmente ha surgido una nueva generación de artesanos que apuesta por lo que tiene demanda. Entre las artes que están conquistando el derecho al futuro podemos destacar tres: la alfarería y pintura, los trabajos en piel y cuero y los textiles.
En otro orden de cosas, el Alentejo es una de las dos regiones de Portugal con reconocida tradición en la cría del caballo lusitano y del toro (la otra región es la de Ribatejo), que dan fama a las artes ecuestres y a las actividades de tauromaquia portuguesas. Son muchas las corridas de toros que se celebran en el Alentejo a lo largo del año, tratándose de espectáculos muy concurridos, e incluso cabe destacar que existe una plaza, la de Barrancos, a la que se otorgó la excepción de poder matar a los toros, algo prohibido en el resto de corridas portuguesas.
Castillo de Marvao
En cuanto a las yeguadas, existe una con las puertas abiertas al público que no debe dejar de visitarse, la yeguada de Alter Real, situada a 3km de la población de Alter do Chāo. Cuenta con un programa de visitas guiadas que duran cerca de una hora y media en las que se puede contemplar la salida de las yeguas al pastoreo en campo abierto o las exhibiciones de cetrería.