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Guatemala inesperada: cinco destinos alternativos para descubrir otra cara del país

Guatemala es un país que sorprende a cada paso. Aunque lugares como Tikal o La Antigua figuran en todos los itinerarios —y con razón—, existe una Guatemala más íntima, llena de paisajes singulares, pequeñas comunidades y rincones que siguen pasando desapercibidos para muchos viajeros. Quien se anima a ir un poco más allá descubre pozas turquesas escondidas entre montañas, ciudades con un pasado indígena vibrante o playas tranquilas donde la vida fluye sin prisa. Estos cinco destinos alternativos ofrecen una mirada diferente al país, ideal para quienes desean explorar con calma y descubrir una Guatemala menos conocida.

Isla de Flores

Yaxha Nakum Naranjo: historia maya rodeada de naturaleza

Quienes buscan una experiencia arqueológica más tranquila encuentran en Yaxha Nakum Naranjo un escenario inmejorable. El parque, inmerso en la selva petenera, conserva templos, plazas y estructuras ceremoniales que permiten imaginar el pasado maya sin las aglomeraciones de otros yacimientos. Uno de los momentos más memorables es ascender al Templo 216 para contemplar cómo la laguna Yaxhá se tiñe de colores al atardecer. Un lugar perfecto para profundizar en la riqueza cultural de Guatemala.

Yaxha Nakum Naranjo

Semuc Champey: pozas turquesas entre montañas

En el corazón de Alta Verapaz se esconde Semuc Champey, un paisaje natural que parece sacado de un cuento. Sus pozas escalonadas de agua verde esmeralda se forman sobre una plataforma de piedra caliza bajo la cual discurre el río Cahabón. Llegar hasta aquí ya forma parte de la aventura, pero el premio es irresistible: baños en aguas cristalinas, senderos entre la jungla y un mirador con una de las panorámicas más icónicas del país. Un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza.

Semuc Champey

El Paredón: surf y calma frente al Pacífico

En la costa del Pacífico se encuentra El Paredón, un pequeño pueblo cuya esencia es la tranquilidad. Sus playas de arena volcánica, las puestas de sol intensas y las olas constantes lo han convertido en un punto de encuentro para surfistas. Incluso quienes no practican surf encuentran aquí un lugar perfecto para descansar, probar el kayak entre manglares o simplemente disfrutar del ritmo pausado de la vida local. Sus alojamientos pequeños y proyectos comunitarios aportan autenticidad a la experiencia.

Quetzaltenango

Quetzaltenango: cultura y tradición en el altiplano

Quetzaltenango, conocida como Xela, combina a la perfección tradición indígena, arquitectura histórica y vida cultural. Sus edificios neoclásicos, sus mercados rebosantes de actividad y los talleres de arte local muestran una ciudad llena de energía. Rodeada de volcanes y rutas naturales, también es una base excelente para trekkings, baños termales y experiencias comunitarias. Más que una ciudad de paso, Xela es un destino que ayuda a entender la identidad del altiplano guatemalteco.

Isla de Flores

Isla de Flores: un refugio colorido en el Lago Petén Itzá

Isla de Flores es uno de esos lugares que enamoran sin esfuerzo. Sus casitas de colores, el ritmo pausado de la vida local y los paseos junto al agua crean un ambiente perfecto para desconectar. Situada en medio del Lago Petén Itzá, combina historia —fue un importante asentamiento maya— con un atractivo contemporáneo que se respira en sus cafés, pequeñas tiendas y restaurantes donde degustar pescado fresco del lago. Es una base ideal para explorar la región norte y, al mismo tiempo, un destino con personalidad propia.

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