Entre un lago azul oscuro y otro de tono turquesa, y bajo la sombra del Harder Kulm, Interlaken confirma por qué es uno de los destinos más atractivos de Suiza y del invierno europeo. Aquí, el esquí es solo una parte de una temporada que ofrece un mosaico de experiencias: trineos nocturnos, caminatas sobre nieve, vuelos en parapente, kayak invernal o cruceros silenciosos por el lago. En el corazón de la Jungfrau Ski Region, rodeada por las míticas montañas Eiger, Mönch y Jungfrau, Interlaken invita a descubrir la nieve con calma, emoción y paisajes que parecen sacados de una postal suiza.
Interlaken es un paraíso para los deportes de invierno ©Mike Kaufmann
Esquí con vista infinita
La Jungfrau Ski Region suma más de 200 kilómetros de pistas conectadas entre Grindelwald–Wengen, Grindelwald–First y Mürren–Schilthorn. Desde las panorámicas autopistas de Kleine Scheidegg hasta las pendientes del Schilthorn, el dominio ofrece opciones para todos los niveles, con remontes modernos y una logística impecable.
El esquí aquí no empieza en un aparcamiento, sino en un andén. Los trenes de Jungfrau Railways enlazan Interlaken con los valles y añaden el teleférico Eiger Express, que en solo 15 minutos asciende hasta Eigergletscher, en pleno corazón de la montaña. Menos traslados y más bajadas: esa es la filosofía suiza del invierno.
Trineos y senderos entre montañas
Una de las experiencias más populares es el Eiger Run, un recorrido de tres kilómetros y medio en trineo entre Alpiglen y Brandegg, con iluminación nocturna y la opción de terminar la jornada con una fondue caliente. Las vistas del Eiger presiden una experiencia divertida y accesible para todos los públicos.
Niños en trineo. ©David Birri
Para quienes prefieren el ritmo pausado, más de 100 kilómetros de senderos invernales conectan pueblos y miradores entre Männlichen, Mürren y Grindelwald. Caminatas como Grütschalp–Winteregg–Mürren o Männlichen–Kleine Scheidegg regalan silencio, aire puro y panorámicas que resumen la esencia del invierno suizo.
Lagos helados y silencio alpino
Interlaken tiene una ventaja natural: sus lagos. En Brienz, el kayak invernal permite navegar entre acantilados y castillos mientras las cumbres nevadas se reflejan en el agua. Equipados con trajes térmicos, los visitantes disfrutan de una perspectiva única del invierno alpino. En el lago Thun, los cruceros de invierno enlazan Thun e Interlaken con cubiertas calefactadas y ventanales panorámicos: la calma perfecta frente al vértigo de las pistas.
Y para ver el paisaje desde el aire, los vuelos en parapente biplaza desde Beatenberg ofrecen una experiencia inolvidable: flotar sobre los lagos helados con las montañas iluminadas por el sol invernal.
Adrenalina suave y hielo bajo los pies
El Thrill Walk de Birg, cerca del Schilthorn, propone un paseo suspendido sobre pasarelas de acero y cristal pegadas al acantilado. Más cerca del centro, el Eissportzentrum Bödeli abre su pista de hielo para patinaje y curling, perfecta para una tarde tranquila o un descanso entre jornadas de esquí.
Parasailing ©Mike Kaufmann
En el valle de Lauterbrunnen, las rutas de esquí de fondo y raquetas atraviesan paisajes de cascadas congeladas y bosques silenciosos. En Habkern–Lombachalp, el visitante puede deslizarse por un moorland protegido con vistas al Thunersee y, con suerte, avistar fauna alpina.
Interlaken sin prisa: trenes, fondue y vapor
Moverse por la región es sencillo gracias a la red de trenes y góndolas de Jungfrau Railways, que conectan estaciones, pueblos y remontes con puntualidad suiza incluso en los días de nevada. Así, un mismo día puede incluir esquí por la mañana, trineo al atardecer y cena junto al lago por la noche.
El encanto final está en los pequeños rituales: una fondue al final del día, una copa de vino blanco frente a la chimenea o una sesión de spa con vistas al Eiger. En Interlaken, el lujo se mide en tiempo y silencio. Todo fluye con una armonía tan suiza que hasta el invierno parece tener su propia melodía.