En Lisboa, el río Tajo no es solo un horizonte que acompaña a la ciudad: es su origen, su puerta al mundo y una fuente inagotable de inspiración desde hace siglos. Sus aguas han visto partir carabelas rumbo a nuevas rutas, llegar reyes y crecer barrios enteros en sus orillas. Hoy, este río emblemático invita a los viajeros a descubrir la capital portuguesa desde una perspectiva diferente: navegando sobre sus tranquilas corrientes.
Puente Vasco da Gama Imagen de asdeliciasdabela en Pixabay
Desde cruceros panorámicos al atardecer hasta travesías en embarcaciones históricas o excursiones temáticas, las experiencias fluviales en Lisboa permiten disfrutar de su luz, su arquitectura y su historia de una forma única. Y, para quienes quieran aprovechar al máximo su visita a la capital de Portugal, la Lisboa Card es una gran aliada: este pase incluye transporte ilimitado y entrada gratuita a más de 50 museos y monumentos, lo que facilita combinar la navegación por el Tajo con visitas a lugares icónicos como el Palacio Nacional da Ajuda o el Museo Nacional del Azulejo.
Cruceros panorámicos y paseos en barco por el Tajo
Uno de los principales puntos de partida para estas aventuras por Lisboa es la Estación Marítima Sul e Sueste, junto al Dique de la Marina. Este espacio histórico, completamente renovado, combina su arquitectura original con una moderna zona de ocio: terrazas con vistas al río, un centro interpretativo dedicado al Tajo y una amplia oferta de salidas en barco.
Si buscas una experiencia relajante, los cruceros panorámicos son perfectos para contemplar el skyline de Lisboa al atardecer, con paradas opcionales en lugares como el Cais das Colunas o la Torre de Belém. Además, es posible reservar un paseo en barco por el Tajo con guía incluida y copa de bienvenida: Reserva aquí tu experiencia.
La mayoría de los paseos tienen una duración aproximada de 1 a 3 horas y es recomendable reservar con antelación, sobre todo los fines de semana y en temporada alta. Los precios oscilan entre 15 € para las travesías colectivas y unos 60 € para las experiencias privadas. La mejor época para disfrutar de esta actividad es en primavera y otoño, cuando las temperaturas son más agradables y la luz de Lisboa brilla con intensidad sobre el Tajo.
Embarcaciones históricas: un viaje al pasado marítimo de Portugal
Entre las embarcaciones más emblemáticas que surcan estas aguas destaca la Fragata D. Fernando II e Glória, el último gran navío portugués propulsado exclusivamente a vela. Hoy, convertida en museo flotante, permite sumergirse en la vida marinera del siglo XIX y se encuentra a tan solo 30 minutos del centro de Lisboa.
Otra joya es el Varino Liberdade, embarcación tradicional del Tajo construida en 1945 y restaurada en 1988. Actualmente, combina su función como museo con rutas turísticas entre marzo y octubre, con capacidad para 40 pasajeros y un recorrido que incluye la Reserva Natural del Estuario del Tajo.
El Cais das Colunas: la postal más icónica de Lisboa
Para quienes prefieren sentir el río desde tierra firme, el Cais das Colunas, en pleno Terreiro do Paço, es una parada imprescindible. Sus escalones de mármol, que se adentran en las aguas, y las dos columnas que le dan nombre fueron durante siglos escenario de recepciones reales y llegadas históricas. Hoy es uno de los lugares más fotogénicos para contemplar el atardecer sobre el Tajo y vivir una de las estampas más icónicas de Lisboa.
Cais das Colunas es uno de los lugares más fotografiados de Lisboa
Recorrer la costa de Lisboa en lancha rápida (con vídeo)
Este vídeo fue grabado a bordo de una lancha rápida que recorre la desembocadura del Tajo, en Lisboa. Navegar por sus aguas ofrece una perspectiva distinta y sorprendente de algunos de los monumentos y rincones más emblemáticos de la capital portuguesa, como el puerto de Alcântara, el imponente Puente 25 de Abril o la estatua del Cristo Rey, en Almada, inspirada en el famoso Cristo Redentor de Río de Janeiro.
Desde el estuario se divisa también la elegante Plaza del Comercio, levantada sobre los restos del antiguo palacio real, destruido por el gran terremoto de 1755. Un poco más allá, se aprecia la silueta del Puente Vasco da Gama, construido para la Exposición Universal de Lisboa de 1998.
Continuando hacia el Atlántico, aparecen joyas históricas como el Monumento a los Descubrimientos —erigido en homenaje a los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante—, el imponente Monasterio de los Jerónimos y la icónica Torre de Belém, un magnífico ejemplo de arquitectura manuelina.
En resumen, navegar por el Tajo es una de las experiencias más memorables en Lisboa: una forma de vivir la ciudad, su luz y su historia desde otra perspectiva, dejando que el ritmo del agua marque el compás de tu viaje. Si planificas bien tu recorrido, reservas con antelación y aprovechas las ventajas de la Lisboa Card para moverte y acceder a las principales atracciones, podrás combinar en un mismo día la magia de un crucero fluvial con visitas imprescindibles en la capital portuguesa.