Ratisbona, patrimonio de Baviera
La romántica ciudad de Ratisbona, situada en el punto más norte del río Danubio, invita a pasear por sus tortuosas callejuelas, y conocer así los múltiples y bien conservados monumentos y su animado casco histórico.
Ratisbona tiene alrededor de 2.000 años de historia que todavía hoy pueden apreciarse en las fachadas de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los patios interiores históricos, las plazas de la Edad Media y las residencias patricias ofrecen el escenario ideal para múltiples eventos culturales.
El contraste entre la tradición y la modernidad puede experimentarse en cualquier época del año en esta ciudad situada en el corazón de Baviera.
Durante 2013 se celebraron en Ratisbona los 350 años del Reichstag permanente en Europa. Entre los años 1663 y 1806 Ratisbona fue sede de la Dieta Imperial permanente, que marca el comienzo del parlamentarismo en Europa.
Las reuniones se celebraban en el Ayuntamiento antiguo y hoy se puede admirar la sala imperial con una visita guiada. Durante las reuniones los participantes podían probar chocolates del Café Prinzess. Hoy en día esta cafetería todavía manufactura los deliciosos chocolates que se llaman Reichstagskonfekt (Bombón del Reichstag).
La vida palaciega se trasladó a Ratisbona durante el barroco. En el siglo XVIII la familia Thurn y Taxis también trasladó su lugar de residencia de Frankfurt a Ratisbona. La exposición “La vida durante el periodo del Reichstag en Ratisbona en el siglo XVIII” en el Museo Histórico 2013/2014 documenta por primera vez la comunidad de la aristocracia y la burguesía en el siglo XVIII sobre una superficie de exposición de 600 m2 y con múltiples objetos destacados.
Un monumento muy emblemático de Ratisbona y de Alemania es el templo de Walhalla, inspirado en el Panteón de Atenas y construido a mediados del siglo XIX por el Rey bávaro Luis I. De abril a octubre se ofrecen rutas nocturnas especiales con conciertos o desayunos-almuerzos los domingos.
Los noctámbulos encontrarán en el mes de mayo la oportunidad óptima para poder experimentar también la cultura por la noche. El 11 de mayo se celebra la Noche de los Museos Abiertos, durante la cual todos los museos del casco antiguo permanecen abiertos durante las 24 horas.
Una de las peculiaridades de Ratisbona es el Coro de los Gorriones de Ratisbona (Regensburger Domspatzen), que, con una tradición de 1.000 años, es el coro de niños más antiguo del mundo. Durante mucho tiempo, el hermano del Papa Benedicto XVI fue director del coro de la Catedral. Todos los domingos y festivos pueden escucharse en la catedral gótica de San Pedro.
Como uno de los cinco festivales de música más importante del mundo y más tradicional en cuanto a la práctica de ejecución e instrumentos, del 17 al 20 de mayo se celebran las Jornadas de Música Antigua. En este festival se ejecuta desde música de la Edad Media hasta música del Romanticismo, interpretadas por todo tipo de artistas de múltiples países. Los conciertos suelen celebrarse en imponentes emplazamientos como las iglesias de Ratisbona.
Del 11 al 14 de julio, el caso antiguo se convierte en símbolo del jazz. El Jazz- Weekend ofrece conciertos gratuitos de distintos artistas en los espacios más bellos y en los patios interiores del casco antiguo.
Pero sin duda uno de los eventos más destacados es el Festival del castillo Thurn y Taxis que se celebra durante el mes de julio. Durante dos semanas, estrellas internacionales se trasladan a la ciudad del Danubio para actuar en el patio interior del imponente castillo. Incluso la propia Princesa Gloria actúa en varias producciones.
En invierno, puede pasearse por el mercado navideño romántico en el patio interior del castillo Thurn y Taxis, que convence por sus especialidades culinarias, el programa cultural y un ambiente inigualable.
El que quiera experimentar la tradición bávara no debería dejar escapar una visita a la ciudad durante la fiesta nacional de Ratisbona, la Regensburger Dult, que se celebra durante dos semanas en el mes de mayo y dos semanas en el mes de agosto.
Esta celebración no es ni de lejos tan grande como la mundialmente conocida Oktoberfest de Múnich, aunque puede persuadir por el mismo encanto bávaro. En medio de la noria, los panecillos de salchichas y una jarra de cerveza de un litro de las cervecerías locales, el agradable estilo de vida bávaro inmediatamente se contagia de unos a otros.
Durante todo el año hay salchichas en el “Wurstkuchl” a orillas del Danubio. La taberna histórica de salchichas (Historische Wurstkuchl) es un local con 850 años de tradición. Se hacen a la parilla y se sirven con chucrut y una mostaza especial casera, que se elabora con rábano picante y miel siguiendo una receta histórica secreta.
Más información sobre Ratisbona: www.regensburg.de/tourismus/es
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