Durga Puja, en busca de La India más desconocida
El Durga Puja (Durgá Puyá) es uno de los más destacados acontecimientos religiosos, culturales y artísticos que se celebra en La India. Cada año la ciudad de Calculta se vuelca con este colorido festival que se realiza en honor de la diosa Durga, una de las máximas deidades del hinduismo. Y lo hace decorando sus calles con unas espectaculares construcciones temporales -llamadas pandals– que, por unos días, transforman esta ciudad en un gran museo al aire libre.
Este gran evento se ha presentado esta semana en el flagship store Xperience Barcelona de B The Travel Brand de la mano de la plataforma de medios Viajar Digital y la agencia de viajes Meghdutam Travels.
Hacia el mes de octubre (en 2020 comienza el 23 de octubre), cuando se acaba la estación del monzón, la región india de Bengala comienza su fiesta mayor. Hinduistas y no hinduistas se implican en el Durga Puja al que también están invitados los turistas y viajeros de todo el mundo. Este festival es una bellísima celebración y una destacada muestra de arte, espiritualidad y alegría.
Durante los 10 días que dura el Durga Puja, Calcuta se paraliza con cortes de calles en las que se instalan grandes pandals (construcciones efímeras) que, a modo de performances, rinden tributo a su mayor diosa. Durante los días de la fiesta llegan hasta Calcuta visitantes de otras partes de La India, turistas y viajeros que visitan los pandals y descubren el inmenso talento de los artistas que las han construido.
Cada uno de ellos está dedicado a un tema: el ecologismo, el respeto entre religiones, el maltrato a la mujer, la pobreza, la escasez de agua o el abandono de las personas mayores, son temas recurrentes cada año, así como otros muchos de actualidad. Así, con el trasfondo espiritual que caracteriza al hinduismo, todos los ciudadanos de Calcuta, sea cual sea su religión, participan en la construcción de estos pandals o en la elaboración y conservación de estas construcciones.
Durante diez días Calcuta conserva estos pandals hasta que, en un gran ritual de despedida, todas estas durgas (más de 4.000 en toda la ciudad) son llevadas al río y lanzadas para que la vida vuelva a su ciclo natural de muerte y resurrección. Las durgas están hechas a base de barro y heno así que poco a poco se diluyen como si de un sueño se hubiese tratado estableciendo a su vez una bonita metáfora sobre lo efímero de la vida.
Esta fiesta es un gran acontecimiento en La India, pero muy desconocida en el extranjero. De ahí que el empresario Jaydeep Mukherjee, propietario de la agencia receptiva Meghdutam Travels (con sede en Calcuta) y con grandes vínculos con este festival, haya decidido promocionar, a modo de mecenas, este gran evento cultural y artístico de su país en otras partes del mundo.
Sin duda la fiesta del Durga Puja es una excelente oportunidad para los europeos de vivir por unos días el ambiente real de una gran fiesta india que destila autenticidad y que no está pensada para atraer turismo. Es el turista y el viajero el que, como si de un privilegio se tratase, está invitado a ver una de las celebraciones más espectaculares de Asia.