Los secretos de las patatas fritas belgas
Aunque la gastronomía valona es mucho más variada, las patatas fritas, conocidas como french fries son verdaderos emblemas del street food de Bélgica. Pero no son solo un snack ya que en Valonia también se sirven como guarnición del plato principal. Os presentamos cuatro propuestas sencillas y fáciles de elaborar que se acompañan con las deliciosas patatas fritas.
Mitraillette o routier. Este es el plato más famoso de la comida belga dentro de lo que se conocería como street food (en la región de Lieja (Valonia) tiene el nombre de routier). Se elabora a base de patatas fritas, carne cocida y salsa de sirope de pera o manzana. Se sirve en una media baguete, y tiene el aspecto de un bocadillo. Vamos, una bomba calórica.
Carne con patatas. Una sencilla propuesta que marida un chuletón, normalmente de ternera, acompañado de una contundente ración de patatas fritas. En Valonia, donde también es típico este plato, tienen su propia versión que mezcla la carne y las patatas: las albóndigas a la salsa valona, que normalmente se acompañan con una porción de french fries (fuera del plato). La gran diferencia es que en este plato, la carne (albóndigas) está bañada en una salsa elaborada con un sirope de pera o manzana, muy típica de la ciudad de Lieja.
Patatas con mejillones (moules). Este es el plato belga por excelencia ya que que mezcla sus dos productos más icónicos: las patatas y los mejillones hervidos. Se sirven los dos ingredientes en platos separados, dejando al gusto del comensal el combinar ambos sabores en el paladar.
Patatas en salsa. Aunque por las calles de Valonia es usual ver conos de patatas condimentadas solo con sal, lo cierto es que también es típico bañar las patatas en mayonesa, que se dice que es la salsa favorita de los belgas.
Historia de las french fries
Los soldados americanos descubrieron las patatas fritas en su llegada a Europa durante la Primera Guerra Mundial. Estaban ubicados en la actual Valonia, la región francófona de Bélgica, y como el idioma de la región es el francés, las bautizaron de forma errónea como french fries (todavía se conocen con ese nombre). En Bélgica, y en la parte valona también, las patatas son emblemas gastronómicos y forman parte intrínseca de la cultura culinaria del país y la región.
Aunque la elaboración de las patatas fritas es fácil tanto en las cocinas belgas y valonas tienen algunos consejos muy sencillos para conseguir que las french fries tengan un sabor genuino y delicioso. Por ejemplo, el tubérculo no se fríe una vez se corta sino que se deja secar y se precocina durante seis minutos. Tras este primer contacto con el aceite, las patatas vuelven a secar para luego, meterlas en la freidora durante tres minutos más.