Una ruta por los nueve concellos del geodestino Trevinca-Valdeorras

El geodestino Trevinca-Valdeorras, ubicado en el este de la provincia de Ourense en el límite con León y Zamora, lo tiene absolutamente todo. Con el marco del enoturismo y un patrimonio natural y cultural privilegiado, este territorio se ha hecho un hueco entre los viajeros, que aplauden su apuesta por la sostenibilidad y su respeto por lo más auténtico. 

Alto do Xirimil, O Barco.

Nueve son los concellos que forman parte de este destino gallego excepcional que cuenta con un abanderado de excepción, el vino con Denominación de Origen Valdeorras y que ha sabido construir un discurso tan elegante como convincente, con argumentos para todos los gustos. El geodestino Trevinca-Valdeorras lo tiene todo para todos: la montaña más alta de Galicia, el bosque mejor conservado de tejos de la Península Ibérica o cascadas de 25 metros. ¿Te lo vas a perder?

Estos son los nueve municipios que forman parte del geodestino Trevinca-Valdeorras desde la entrada a Galicia desde la Meseta hasta el oeste de esta Comunidad Autónoma:

Rubiá

Desde León, el río Sil entra y reivindica su galleguidad dibujando a su paso algunos de sus mejores paisajes. En Rubiá supera los grandes desniveles de unas montañas calizas que forman parte del parque natural más mediterráneo de Galicia, el de la Sierra de Enciña da Lastra. Encinas, olivos, alcornoques o almendros se mezclan con especies más gallegas como el roble o el castaño en un escenario de grandes contrastes y escasas precipitaciones.

Sierra de Enciña da Lastra, Rubià.

Las montañas pertenecientes al complejo de Cereixido, Os Cabalos, Enciña da Lastra y el escarpado Oulego esconden numerosas cuevas con estalactitas donde se practica la espeleología. Las más famosas son las de Pala Bonita, Pala do Pé de Pau, Pala da Campá, Trimonia o el complejo de Zorra-Despiste. Hay, además, en Rubiá, algunos de los escasos ejemplos del románico de la Comarca de Valdeorras. Se trata de la ermita de santo Estevo de Pardollán, ubicada junto al parque natural al paso del Camino de Invierno a Santiago.

Embalse da Peñarrubia, Rubiá.

En Rubiá también destacan sus miradores como el de Caprada en Oulego, Alto da Escrita en Biobra, Tanque de Covas y la Portela en Vilardesilva.

Carballeda de Valdeorras

Los romanos buscaron oro en el Sil, la extracción de pizarra sirve actualmente de motor económico y el Teixedal, un bosque de tejos único en su especie en Europa formado por alrededor de 400 ejemplares de árboles, muchos centenarios, es uno de sus máximos atractivos. Todo esto se encuentra en Carballeda de Valdeorras, municipio extenso que sirve de límite geográfico con las provincias de León y Zamora.

Teixedal de Valderorras.

Existen rutas de senderismo que permiten varias horas de caminata para acercarse al Teixedal y a las antiguas minas de wolframio de Valborraz. Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el wolframio se convirtió en un material imprescindible para la producción de máquinas, sobre todo tanques y carros de combate, y para la fabricación de determinada munición.

Cantera.

De Galicia salieron muchos kilos de wolframio en dirección a Berlín, pero el caso de la mina de Valborraz fue especial ya que la instalación fue de las pocas que estaba gestionada directamente por los nazis. De hecho era conocida en la comarca como “la mina de los alemanes”.

O Barco de Valdeorras

O Barco es la capital de la comarca de Valdeorras. Esta localidad rica en patrimonio histórico y paisajes tiene en la torre y fortaleza medieval de O Castro su mayor símbolo. El monumento, del siglo XIV, fue declarado Bien de Interés Cultural y no ha dejado de dar sorpresas desde que en el año 2010 se llevasen a cabo las obras de consolidación y las excavaciones arqueológicas del entorno donde han aparecido restos de dos mil años como unas construcciones en piedra y en adobe. El conjunto monumental de O Castro se completa con la Casa Grande o Casa Carballo, junto a la fortaleza medieval y el Pazo de Flórez o Pazo do Castro, en la misma entrada al pueblo.

Torre O Castro.

En un recorrido por O Barco lo primero que se ha de visitar es El Malecón, donde la vista del río Sil y sus riberas te acompañan en un agradable paseo entre el verde del pasto y los árboles, y el azul del agua y el cielo. La playa fluvial más antigua de la provincia de Ourense es perfecta para relajarse en los meses de verano y reducir el calor mientras que durante el resto del año este paraje fluvial atemporal es ideal en todas las estaciones del año.

Malecón O Barco de Valdeorras.

El Malecón ofrece a los visitantes un envidiable lugar de ocio y disfrute, ya que cuenta con parques infantiles, bares, restaurantes, playa fluvial, carril bici, piscinas, skate park, entre otros atractivos.

Vilamartín de Valdeorras

Vilamartín puede llamarse la capital del vino de Valderorras porque en este municipio se encuentra la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Esta protección de los caldos blanco y tinto, de uva godello y mencía respectivamente, data del año 1945 y tiene sus fiestas grandes en los días en que se celebran las rutas de las covas, que son visitas y degustaciones en las cuevas de los diferentes pueblos. Es el momento en el que los coveiros, propietarios de estas galerías subterráneas, pueden mostrar a los visitantes los secretos de estos lugares que se ocultan bajo el suelo.

Cueva de Vilamartín de Valdeorras.

Uno de los lugares emblemáticos de este concello es O Bañadoiro, una zona recreativa de diez hectáreas que dispone de varias instalaciones deportivas entre las que se incluyen piscinas y campo de fútbol, además de un parque infantil. Su ubicación a orillas del Sil permite disfrutar de un paseo en el cual encontraremos zonas frondosas de castaños y bosques repoblados de pino y nogal siguiendo también el Camino de Santiago de Invierno.

Viñedos de Vilamartín de Valdeorras.

A Rúa

A Rúa y su vecino municipio de Petín están unidos por el Puente de la Cigarrosa, de origen romano pero transformado varias veces a lo largo de la historia. Ambos concellos abrazan la gran masa de agua que los separa, el Embalse de San Martiño, donde el Sil deja de viajar entre altas montañas para ensancharse en el valle del pantano construido en el año 1959.

Puente de la Cigarrosa que une A Rúa con Petín.

No es un embalse cualquiera: ha formado con el tiempo un humedal protegido que está considerado como uno de los más interesantes de España en cuanto a su gran censo de aves. Un gran bosque de ribera en las orillas este embalse que se asemeja a un lago da lugar a un bello espacio de esparcimiento.

Área recreativa A Rúa.

En A Rúa hay abundantes huellas de que el territorio también atrajo a pobladores mucho más remotos en el tiempo. Así, en A Rúa Vella hay petroglifos de la Edad de Bronce y un castro, y en Roblido, enterramientos megalíticos. Junto al puente de A Cigarrosa se hallaron mosaicos romanos que están en el Museo Provincial de Ourense aunque todavía se puede ver en A Rúa, junto a la iglesia, una lápida que da testimonio de la presencia de esta civilización.

Petín

Tal y como hemos dicho, Petín y A Rúa comparten unas cuantas cosas, entre ellas el Embalse de San Martiño y el Puente de A Cigarrosa, uno de los mayores valores arquitectónicos del lugar. Por su trazado pasaba la Vía XVIII o Vía Nova entre Astorga y Braga, mucho antes de que a mediados del siglo XX se construyese el embalse que cambió este valle fluvial.

Casco histórico de Petín.

Los romanos vinieron aquí en busca de oro y entre los restos antiguos probablemente el más importante sea el castro donde se encuentra la iglesia de Santa María de Mones. De origen románico, este templo destaca por su decoración peculiar ya que tiene grabados identificados con tablas de juego de origen romano muy parecido al actual “tres en raya”.

Larouco

La historia del concello de Larouco no se podría entender sin As Covas de Seadur. Desde tiempos inmemoriales los habitantes de este pueblo, que fue una de las puertas de Valdeorras, abrían sus bodegas a los caminantes para que probaran su bien más preciado: su vino. Esta cultura coveira ha llegado a nuestros días y no es extraño encontrarse con gente disfrutando con sus amigos en su bodega. Y es que hace milenios que ya se hacía vino en lagares rupestres como los que se pueden encontrar en las proximidades de la localidad.

Covas de Seadur en Larouco.

Siguiendo con la historia, otro sitio que vale la pena visitar en Larouco es el yacimiento de O Castrillón. En este enclave se situaba un poblado fortificado de la Segunda Edad de Hierro, cuya antigüedad se estima que podría superar los 2.000 años.

Yacimiento de O Castrillón, en Larouco.

Este paraje de escarpadas laderas del valle del río Bibei era atravesado por la Via Nova, una calzada romana que comunicaba Astorga (Asturica Augusta) con Braga, en Portugal (Bracara Augusta). Los romanos dejaron un legado de ingeniería civil espectacular, los llamados Codos de Larouco.

O Bolo 

Al llegar a O Bolo, el viajero se encuentra la torre que corona el pueblo y visita luego el grandioso Santuario de As Ermidas y comprende que la mano del hombre intentó aquí en algún momento medirse con el descomunal paisaje. Estos dos monumentos, además de otros tesoros de su patrimonio, son motivo de orgullo para los vecinos de este ayuntamiento ourensano. 

Santuario As Ermidas O Bolo.

El Castillo de O Bolo fue construido por primera vez entre los siglos XII y XIII y destruido y castigado sucesivamente a lo largo de la historia hasta su rehabilitación en el año 2001. El recinto amurallado fue esquilmado, usado como cárcel y también como escuela. Sobre todo el conjunto, en la cima de la capital municipal, prevalece la Torre del Homenaje, de 20 metros de altura y alrededor se organizan el aljibe, el patio de armas y restos de la muralla con sus baluartes. En su interior alberga un centro de interpretación de la agitada historia de la torre y de la vida en una fortaleza medieval.

Castillo de O Bolo.

La tradición cuenta que el Santuario de As Ermidas se construyó donde unos pastores hallaron la imagen románica de la virgen con el niño. Hoy el complejo religioso, declarado Bien de Interés Cultural en 2006, está formado por el santuario barroco, un gran atrio de acceso y varias edificaciones construidas como seminario menor de la diócesis de Astorga y como alojamiento de romeros, entre otros usos. 

A Veiga

Con sus 290 kilómetros cuadrados y su alto de Pena Trevinca, la montaña más alta de Galicia con 2.127 metros, A Veiga es uno de los ayuntamientos más grandes de esta Comunidad Autónoma, el que más se acerca al cielo y uno de los mejores de España para contemplar las estrellas por la ausencia de contaminación lumínica. Por este motivo no es de extrañar que aquí esté el moderno y equipado Centro Astronómico Trevinca, un lugar perfecto para observar las estrellas junto a los miradores de O Rañadoiro y As Tablillas das Lagoas. Hoy día Trevinca es Destino Turístico Starlight por sus buenas cualidades para el astroturismo.

Centro Astronómico Trevinca.

Los pueblos de A Ponte y Corzos son dos exponentes de la arquitectura popular de la montaña que en muchos enclaves de A Veiga han logrado conservar su esencia gracias al aislamiento. Existen al menos una decena de rutas diferentes para explorar la inmensidad del paisaje y, a la vez, conocer los oficios tradicionales que algunos vecinos tratan de mantener vivos, como los relacionados con el lino y los telares, los hornos y los molinos. Otra ruta ayuda a descubrir la flora y fauna de este Lugar de Importancia Comunitaria y pasa por la Lagoa da Serpe, una laguna de origen glacial sobre la que pesa una leyenda: en la noche de San Juan una serpiente emerge del agua dispuesta a transformarse en mujer. Otra laguna que merece la pena descubrir es la de Ocelo.

Camino a Trevinca, A Veiga.

Estos son los mejores lugares que ver en los nueve municipios que forman el geodestino orensano de Trevinca-Valdeorras. ¿Conocéis alguno más? Aceptamos sugerencias.

Más información en https://trevincavaldeorras.com/