Al agote, garrotazo en el cogote
En los verdes prados del valle de Baztan se encuentra la bella localidad de Arizkun muy conocida por la iglesia de San Juan Bautista y su alargada torre campanario, y el convento de Nuestra Señora de los Ángeles que destaca por su imponente fachada barroca del siglo XVIII.
Pero si recomiendo la visita a esta población de la Comunidad Foral de Navarra es porque, a unos 500 metros del centro, se encuentra el barrio de Bozate donde todavía hoy viven algunos descendientes de los agotes o bozatarrak, una comunidad que vivió marginada en la zona del País Vasco y Navarra durante más de ocho siglos.
Justo enfrente del barrio de los agotes se encuentra el Parque Museo Santxotena, una muestra al aire libre donde además de nueve bordas se pueden ver algunas obras de gran tamaño hechas en acero, cemento o bronce del escultor y poeta Xabier Santxotena, un reconocido bozatarrak nacido en una familia vinculada a la artesanía de la madera. Precisamente este artista ha dedicado gran parte de su vida a investigar las distintas versiones sobre el origen de los agotes.
Algunas teorías apuntan a que eran gentes de ascendencia goda que, después de la invasión musulmana y franca, se quedaron aislados en los Pirineos sin contacto con otras gentes. Pero la que más convence a Santxotena es la que han dado algunos historiadores franceses que hablan de los agotes o cagots como un antiguo gremio dedicado a la madera en Francia. En los siglos XI y XII, los cagots, al igual que los cátaros, tenían ideas religiosas diferentes de la ortodoxia católica por lo que empezaron a ser considerados peligrosos.
Después de la Cruzada Albigense, muchos cátaros y agotes cruzaron la frontera pirenaica y se instalaron en diversas regiones del norte de España. En muchos de estos lugares, sus descendientes acabaron integrándose pero en Bozate, debido en parte a las ancestrales estructuras socioculturales de la zona, aquellas familias de agotes se mantuvieron concentradas y marginadas durante varios siglos hasta tal punto que en Bozate era muy común el dicho “Al agote, garrotazo en el cogote”.
Desde el siglo XIV hasta la primera mitad del siglo XX, los agotes fueron excluidos porque se decía, entre muchas barbaridades, que tenían enfermedades contagiosas o que practicaban la brujería. Por ejemplo, en la parroquia de Arizkun tenían una puerta por la que solo podían entrar y salir. Asimismo contaban con un lugar reservado para ellos en el templo, y se bautizaban en una pila aparte además de enterrarse en una zona del cementerio destinada exclusivamente para ellos.
En Navarra la segregación acabó por ley en 1817 en Pamplona pero en Arizkun, los bozatarrak continuaron marginados durante todo el siglo XIX y parte del siglo XX. De hecho no hace tanto tiempo, allá por los años 40 y 50 del pasado siglo se tapó la puerta de la iglesia por donde entraban los agotes y se trasladó el cementerio eliminándose así las últimas huellan que quedaban de aquella segregación histórica.
Pese a la presión y al desprecio a los que fueron sometidos se decía de ellos que tenían dotes para algunos oficios. Entre los bozatarrak había toneleros, carpinteros, molineros sepultureros, entre otros, y gente dedicada a la música y las artes como txistularis.
Esto se puede ver en la casa-museo Gorrienea de Bozate, creada en 1998, donde se recrea por una parte el entorno familiar de su promotor, Xabier Santxotena, cuya parentela se dedicó a la carpintería y ebanistería durante varias generaciones y por otro lado contiene algunas de las obras de este escultor nacido en Arizkun el año 1946, justo cuando los agotes empezaron a dejar de ser marginados.
Hola,
He visitado varias veces esta zona y todos los pueblos y aldeas del alrededor. Os recomiendo dormir en la casa rural Casa Juanillo, ubicada tras pasar el pueblo de Erratzu. Lo lleva una señora muy agradable y tanto la casa, como el lugar y la comida son fantásticos.
Roger,
Muchas gracias por la recomendación.