Cuatro propuestas para pasar las noches de invierno en Andorra
La temporada de nieve ya ha comenzado en Andorra y el après ski es de suma importancia en el País de los Pirineos. Mientras unos se van a dormir pronto para poder disfrutar al día siguiente de unas actividades en las estaciones de esquí otros también quieren vivir la noche andorrana. Aquí os aconsejamos cuatro experiencias nocturnas muy recomendables para que la estancia en Andorra sea especial.
ÍNDICE / CONTENIDO
Excursión nocturna por Naturlandia
La propuesta del parque de aventuras Naturlandia, la única estación de esquí nórdico de Andorra, es una excursión en moto de nieve con un guía para ver una espectacular puesta de sol. Después de una hora de paseo, un aperitivo y una cena a base de entrantes calientes y fríos y carne a la brasa ayudará a entrar en calor a los participantes.
Paseo en Gicafer, en Vallnord
Una de las experiencias más curiosas que se puede vivir en Andorra es hacer una excursión en Gicafer que ofrece la estación de Vallnord. Este vehículo oruga de origen sueco permite visitar los espacios más desconocidos del País de los Pirineos. Cuenta con dos módulos diferentes y tiene una capacidad total para 14 personas.
Es muy recomendable acabar la excursión nocturna con una cena en el restaurante La Gírgola de Arcalís, a 2.200 metros de altitud.
Dormir en el Hotel Iglú, en Grandvalira
A finales de diciembre abrirá de nuevo el exclusivo Hotel Iglú, situado en el sector de Grau Roig, en la estación Grandvalira, situado a 2.350 metros de altitud y único en el sur de Europa. Construido 100% con nieve, este hotel consta de un bar, una terraza, un restaurante y cinco habitaciones, y está equipado con todo lo necesario para pasar una noche muy particular.
El lugar más concurrido del Hotel Iglú es, sin duda, su jacuzzi, donde se puede disfrutar de un baño caliente con una copa de cava.
Experiencias clandestinas en Grandvalira
Grandvalira ha presentado esta temporada unas experiencias clandestinas con el objetivo de seguir ampliando su abanico de actividades fuera del esquí. En este sentido, la estación ha preparado una serie de actividades cuyo leitmotiv es la música y el concepto clave la clandestinidad, una tendencia a nivel global dentro del sector de los eventos y la gastronomía.
Y es que la clave de estas experiencias es la confianza de los clientes hacia la estación ya tendrán muy poca información hasta el día del evento, sin conocer el lugar ni el invitado.
La semana pasada tuvo lugar la primera experiencia clandestina en la que los invitados fueron trasladados desde pie de pistas hasta el lugar del evento en trineos tirados por perros y motos de nieve. Una vez en el destino, el Vodka Bar del sector de Grau Roig, se acomodaron en 30 hamacas con mantas y se les sirvió una taza de caldo caliente mientras escuchaban el primer trabajo del artista Ramón Mirabet. A continuación se sirvió una cena dentro a base de productos naturales y biológicos que fue a cargo del conocido chef Isma Prados.