Barcelona-Ibiza con Baleària, viaje en familia a la diversión
Hace unas semanas embarqué en el ferry Nápoles de Balerària para vivir con mi familia unas #vacacionesconBaleària en Ibiza. La embarcación la tomamos en el puerto de Barcelona y era la primera vez que nos llevábamos el vehículo con nosotros para pasar unas mini-vacaciones.
Esta opción es muy recomendable porque en el coche puedes llevar todo lo que quieras y no tienes que pagar exceso de equipaje como en algún otro medio de transporte.
De todas las sensaciones me quedo con la cara de mi hijo de tres años al ver el barco de Baleària ya que era la primera vez que tomaba una nave tan “grande” como dice él. Su cara de asombro fue in crescendo sobre todo cuando entramos con el coche en la barriga del barco.
Una vez aparcado el vehículo dentro del ferry nos dirigimos al mostrador de información para recoger las llaves de nuestro camarote en el que íbamos a pasar la noche.
El cubículo constaba de cuatro literas (¿adivináis quién quería dormir en las de arriba?) y tenía un baño con ducha, toallas, aguas de cortesía y varias revistas, entre ellas, la oficial de la naviera. Además, nuestro camarote tenía un pequeño ventanuco por donde se veía la proa de la embarcación.
La filosofía de Baleària es que los pasajeros sientan que sus vacaciones han empezado cuando suben a bordo. Los barcos ya no son un mero medio de transporte entre dos puntos, sino un lugar donde anticiparse a las vacaciones disfrutando del relax, el ocio y la gastronomía de camino al destino.
Antes de ir a cenar dimos una vuelta por el Nápoles, vimos cómo el barco partía del puerto de Barcelona y visitamos el puente de mando. Mi hijo tenía los ojos como platos al ver el lugar donde el capitán manejaba el ferry.
Entre pitos y flautas se hicieron las diez de la noche, hora en la que ya teníamos hambre por lo que nos dirigimos al restaurante self-service del Nápoles donde puedes elegir varias opciones de menú (uno o dos platos, bebida y postre).
Este año la oferta culinaria de a bordo también presenta novedades ya que se han ubicado barbacoas en las terrazas de los ferries, donde se pueden degustar diferentes tipos de carne recién preparada.
Asimismo, en el Nápoles hay un punto de restauración gourmet y una trattoria, con el fin de poder dispensar en todos ellos un trato más personalizado a la vez que ofrecer una cocina más elaborada.
Al viajar con un niño de tres años después de cenar lo tuvimos que llevar en brazos al camarote ya que estaba muerto de sueño. Nosotros también nos dormimos ya que a las seis de la mañana sonaba el despertador. Y así fue. Nos duchamos, hicimos la maleta y tomamos un café antes de desembarcar y dirigirnos al lugar que sería nuestro destino durante tres días: el Grand Palladium Palace Hotel & Spa en Playa d’en Bossa.
Ibiza-Barcelona, un trayecto en barco lleno de diversión
El viaje de vuelta Ibiza-Barcelona también lo hicimos con el Nápoles que en verano hace este trayecto durante el día. En este sentido tuvimos mucho más tiempo de disfrutar de los principales servicios a bordo como, por ejemplo, la tienda y la animada programación de ocio que incluyó algunos talleres en los que mi hijo se lo pasó en grande.
Además, el ferry acaba de estrenar conexión wifi a bordo por lo que la vuelta fue todavía más entretenida si cabe.
Los adultos también tienen opciones de ocio en la flota de Baleària. Por ejemplo, nosotros nos tomamos un delicioso cóctel de su extensa carta mientras tomábamos el sol en cubierta.
Aunque el momento más emocionante del trayecto Ibiza-Barcelona fue la llegada a Barcelona y el atraque en el puerto. En ese momento los niños estaban agrupados en la proa del barco como si de una atracción se tratase.
Todos seguían atentamente los movimientos de aproximación del ferry hasta que se paró totalmente y nos dieron la orden de desembarcar. Creo que muchos de ellos no olvidarán esta experiencia en mucho tiempo.
Aquí os dejamos este vídeo que grabamos durante el regreso a Barcelona: