Comer en Yemen: el placer del paladar
Paseando por las calles de Sana’a, capital de Yemen, es muy fácil dejarse llevar por sus delicias, sus aromas y sus sabores. Y es que un viaje gastronómico al Yemen es dar un salto en el tiempo. Dejarse conquistar por recetas antiguas y leyendarias como el pan recién horneado a la leña, las carnes y los pescados especiados o los postres elaborados con miel recién recolectada del panal es una auténtica delicia.
Caminar por la ciudad amurallada de Taiz es una experiencia única para la vista y para el paladar: los visitantes se quedarán encantados contemplando las vistas de Jabel Saber, a más de tres mil metros de altura, y degustando el auténtico queso ahumado. Además, la costa de Yemen aporta los mejores productos del mar a su cocina: las sardinas secas al sol (llamadas lukham) se sirven con salsa de tomate picante. Otra variedad es el pescado fresco cocinado con ajo, y los pimientos verdes (salóna) cocinados en el horno de leña o en una parrilla, y aderezados con especias.
Otros platos típicos yemeníes por excelencia son el assett (cereales cocinados a fuego lento servidos con caldo de carne o miel) y el plato nacional del país salta, un guiso de ternera y patatas con fenogreco y especias como pimienta, clavo, azafrán, nuez moscada, canela, cilantro y frutos secos.
Como postres destacan el shafout, una masa de maíz y leche; el lahwouh, servido con yogur natural: el kunafa hecho a base de huevos, leche y queso; y el fata, plátanos bañados en uno de los productos típicos de Yemen, la miel, considerada como una de las mejores del mundo. Además, Yemen es mundialmente conocido por haber sido uno de los mayores productores de café durante el siglo XVIII. El café en Yemen es símbolo de hospitalidad y los visitantes nunca lo deben rechazar.