Pagar a través de las huellas dactilares: la biometría llega a la hotelería española
Hace poco llegó a mis manos una noticia que me pareció formidable por dos razones: porque es una innovación tecnológica de primer orden aplicada al turismo y porque están envueltas en ella dos empresas españolas: el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel y la start-up Paytouch (en estos tiempos que corren los logros de los compatriotas me dejan mejor sabor de boca).
La noticia es la siguiente: en el Ushuaïa Ibiza Beach Hotel se podrá pagar sus servicios usando las huellas dactilares. La biometría llega así al turismo y de qué manera, sí señor, por la puerta grande.
En mi opinión es una opción comodísima ya que puedes pagar todas las bebidas o entradas tan solo poniendo el dedo en una de las catorce terminales que la empresa Paytouch está instalando en el establecimiento para registrar las improntas dactilares de sus clientes.
Ushuaïa Ibiza Beach Hotel
Para poder llevar a cabo el pago a través de las huellas obviamente se ha de hacer un pre-registro en esta web www.ushuaiabeachhotel.com/es/pioneers o bien in situ en el hotel de las Baleares. De esta manera se vinculan las huellas dactilares a los datos del cliente y a una o varias tarjetas de crédito.
A partir de ese momento y tan solo posando la yema del dedo en el lector se puede disfrutar de todos los servicios del hotel y muchos de ellos de forma prioritaria como el fast pass (o cola de acceso rápido) para entrar a conciertos o fiestas.
Sinceramente es una comodidad. Salir a tomar una copa y no necesitar llevar ni dinero en efectivo, ni tarjetas de crédito es todo un lujo y sobre todo en verano cuando no te apetece llevar nada encima. Tampoco te tienes que preocupar por extraviar nada (ni cartera, ni tarjetas, ni smartphones) ya que las huellas dactilares siempre van contigo.
El único inconveniente que veo es animarte demasiado, es decir, gastar más de lo que debes. Cuando pagas en efectivo y se te acaba el dinero no te queda otra que volver a casa pero si sólo necesitas posar un dedo para pagar una copa, se puede caer en la tentación muy fácilmente (aunque seguramente la tarjeta de crédito sea la que marque el tope).
Bromas aparte, este sistema de pago lo veo óptimo para los cruceros ya que los pasajeros podrán gozar de todos los servicios del barco sin necesidad de llevar consigo la tarjeta del camarote que se puede perder o mojar en más de alguna ocasión.