Las Merindades, un destino burgalés con mucho que descubrir
Aldeas, pueblos y villas forman el territorio burgalés de Las Merindades, una comarca burgalesa rica en cultura, paisaje, y patrimonio que el viajero puede descubrir. Este destino, aunque ofrece una amplia posibilidad de actividades todo el año, es muy recomendable visitarlo en verano ya que las fiestas populares que invaden la agenda estival y que son un buen reclamo. Las Merindades, la comarca burgalesa más norteña, es uno de los territorios más hermosos de toda la provincia de Castilla y León. Cuenta con un paisaje lleno de montañas verdes y angostas que limitan con el Cantábrico. Por este motivo tiene un clima húmedo que hace que tenga un ecosistema único.
Una ruta por Las Merindades
Lugares de gran personalidad son los entramados rocosos de Sierra Salvada, donde se encuentra el monumento natural del Monte de Santiago dominado por un hayedo que llega hasta un anfiteatro rocoso natural por el que durante el deshielo o en días lluviosos cae una cascada de casi 300 metros de altura; por su parte, los Montes de la Peña, perfectos para la cría de aves como el buitre leonado o el águila real, destacan por su frondoso bosque caducifolio donde predominan robles, hayas y quejigos.
San Pantaleón de Losa. Foto © Patri Rojas
En Las Merindades también se pueden descubrir vestigios históricos como los dólmenes de Busnela, Porquera y Huidrobo, repartidos por todo el territorio. Los romanos dejaron su huella en la calzada de Irús o en el puente de Agüera. De la época medieval se conservan decenas de ermitas, iglesias y monasterios dispersos por pueblos y parajes naturales como la iglesia románica de San Pedro de Tejada o la ermita de San Pantaleón de Losa, a la que le rodean un puñado de leyendas entre las que destaca la del Santo Grial, por lo que se le considera un templo templario.
Castillo de Medina de Pomar © Patri Rojas
Además en Las Merindades se concentran el mayor número de torres y castillos de toda la comarca, fortalezas que protegían los señoríos de los nobles durante la Baja Edad Media. Destacan el castillo de Los Velasco, en Espinosa de los Monteros, la torre de Berberana o la torre de Quintana de Valdivielso, entre otras.
Visita el complejo kárstico de Ojo Guareña
Uno de los lugares de mayor reclamo que se conservan en Las Merindades es el complejo kárstico de Ojo Guareña, un monumento natural de casi 100 kilómetros de extensión que donde se puede seguir con claridad la evolución de la religión desde el Paleolítico hasta hoy.
Complejo kárstico de Ojo Guareña © Patri Rojas
Esta gran gruta es uno de los conjuntos de cuevas más extensas de la Península Ibérica y entre las diez mayores del mundo.
Los pueblos y villas de Las Merindades
Hay cuatro rutas para descubrir los cientos de pueblos, aldeas y villas de esta comarca: Montija, Valle de Mena y Losa; otra que atraviesa la zona de Espinosa de los Monteros; una tercera que lleva a Medina de Pomar y Villarcayo; y por último, una que descubre Valdivielso y Tobalina.
Ermita de San Tirso y San Bernabé © Patri Rojas
Cuatro además son las villas que atesoran historia y un rico patrimonio artístico: la primera de ellas es el municipio medieval de Frías, situado en la parte abrupta del cerro de La Muela y coronada por un castillo; la segunda es Espinosa de los Monteros, una villa de carácter montañés con una arquitectura repleta de casonas y torres señoriales; la tercera es Villarcayo, situada a orillas del río Nela; por último Medina de Pomar, que fuera capital de Las Merindades, es un municipio que se ha convertido en un interesante conjunto urbano para el viajero.