Megalitos de Carnac: un paisaje sagrado declarado Patrimonio Mundial
El golfo de Morbihan y los alineamientos de Carnac, en la Bretaña francesa, ya forman parte del selecto grupo de lugares reconocidos por la UNESCO por su valor universal excepcional. Disfruta de gastronomía, cultura y rutas entre menhires milenarios en un entorno natural único.
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Un legado prehistórico que fascina
Desde julio de 2025, los Megalitos de Carnac y las riberas del Morbihan forman parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Francia suma así 54 lugares inscritos, y Bretaña celebra por primera vez una distinción de este tipo, fruto de más de una década de compromiso local para preservar y valorizar este tesoro arqueológico.

Alineaciones Erdeven-Kerzhero © Arnaud Hellégouarch
Con más de 550 sitios, esta zona atesora uno de los conjuntos megalíticos más importantes del planeta. Su integración con el paisaje marino —rías, islas y mareas— y la monumentalidad de las construcciones neolíticas lo convierten en un lugar fascinante, tanto para arqueólogos como para viajeros curiosos.
Monumentos colosales frente al mar
Entre el V y el III milenio a.C., las comunidades neolíticas de la región transformaron el paisaje del Morbihan con alineamientos de menhires, dolmenes y túmulos funerarios. Estos pueblos, organizados y hábiles, explotaron la sal como recurso económico, comerciaron con piedra jadeíta y variscita, y dejaron un legado artístico esculpido en piedra que todavía hoy nos asombra.

Paisajes Megalíticos © Lucie Jimenez
En el Museo de Prehistoria de Carnac puedes descubrir más de 3.000 piezas que ilustran la vida cotidiana, el arte rupestre y los rituales funerarios de la época. Y en la Maison des Mégalithes comienza la visita guiada a los impresionantes alineamientos de Le Ménec, Kermario, Kerlescan y Petit Ménec, donde más de 3.000 piedras se alinean en hileras que se extienden hasta La Trinité-sur-Mer.
Gavrinis: la capilla sixtina del Neolítico
Algunos monumentos sobrecogen por su escala, como el gran menhir de Locmariaquer, de 20 metros y 300 toneladas, hoy fragmentado. Otros lo hacen por su simbolismo, como el dolmen de la Table des Marchands, que oculta grabados rituales en su interior.

Estelas de Gavrinis © Alexandre Lamouireux
Pero sin duda, uno de los lugares más impactantes es el cairn de Gavrinis, en una isla del golfo, que alberga 23 estelas decoradas con complejos motivos entrelazados y ha sido apodado la capilla sixtina del Neolítico.
Rutas a pie, en bici… o en kayak
Para conocer este patrimonio excepcional, lo mejor es visitarlo a pie, en bici o incluso en kayak. El GR34, el mítico sendero de los aduaneros que bordea toda Bretaña, pasa por estos lugares sagrados junto a playas, salinas y parques ostrícolas.

Quiberon-Mehnir desde la punta de Guérite © Arnaud Hellegouarch
La isla de Gavrinis se alcanza fácilmente en ferry desde Larmor-Baden, Port-Navalo o incluso desde Vannes en verano. Y si puedes, evita la temporada alta: en primavera u otoño, los menhires se disfrutan en calma, con el único sonido del viento… y la compañía de unas cuantas ovejas que ayudan a conservar el entorno.
Más información en www.megalithes-morbihan.com
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