9 motivos por los que Madeira es el destino perfecto para unas vacaciones
Madeira es un destino enclavado en el Atlántico que tiene mucho que ver: piscinas naturales, paisajes deslumbrantes y preciosas costas, son algunos de los atractivos de este archipiélago de Portugal. Y es que Madeira es uno de los grandes destinos europeos que tiene mucho que ofrecer, especialmente a aquellos que buscan descansar y disfrutar del mar, la montaña y la naturaleza.
Madeira la forman tres conjuntos de islas: Madeira y Porto Santo, Desiertas y Salvajes, estos dos últimos deshabitados pero considerados unas impresionantes reservas naturales. Hay muchas razones para visitar este archipiélago pero en este artículo os vamos a dar 9 motivos por los que Madeira puede ser vuestro próximo destino para unas vacaciones.
ÍNDICE / CONTENIDO
Madeira destino de surf
Conocido por los amantes del surf como la Hawái del Atlántico, Madeira es un lugar de referencia para la práctica de deportes acuáticos, sobre todo el surf, gracias a sus olas que pueden llegar a unos ocho metros de altura.
Con una temperatura suave, que ronda los 17 grados en invierno y los 25 en verano, el soleado archipiélago es el destino perfecto para cabalgar sobre el Atlántico. Los surfistas menos avezados pueden disfrutar también de este deporte en playas más tranquilas.
Naturaleza en Madeira
Uno de los emblemas de la naturaleza de este archipiélago luso es el Parque Natural de Madeira, creado en 1982, una reserva biogenética que ocupa aproximadamente dos tercios de la homónima isla. Cabe resaltar además el bosque de laurisilva (que se encuentra también en la isla canaria de La Gomera), reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial Natural de la Humanidad.
Las verdes montañas volcánicas, los densos bosques y los coloridos paisajes floridos son tres de los motivos por los que Madeira ha sido reconocido en varias ocasiones como mejor destino insular de Europa y del mejor destino insular del mundo en los World Travel Awards.
Turismo deportivo en Madeira
En Madeira es habitual encontrar costas escarpadas y barrancos que son verdaderos paraísos para aquellos que practican barranquismo y escalada. Asimismo las montañas madeirenses son excelentes para despegar con parapente o ala delta. Para los visitantes que prefieran caminar existen senderos que recorren, a lo largo de más de 2.000 kilómetros, el perímetro de la isla, desde los 0 a los 1.862 metros.
Y los que prefieran ir sobre ruedas también tienen su alternativa, el jeep safari, con la que explorar los rincones más inaccesibles de la isla.
Golf en Madeira
El archipiélago cuenta con tres campos: en Madeira (Palheiro Golf y Santo da Serra Golf Club) y en Porto Santo (Campo de Golf de Porto Santo), instalaciones reconocidas por la World Golf Awards, que el pasado 2019 premió la isla como Mejor destino emergente de golf del mundo. Otra razón más que Madeira figure en el top ten de los destinos de vacaciones más interesantes de los últimos años.
Piérdete de día y de noche por las calles de Funchal
Funchal, la capital, ha sido históricamente la base de operaciones de Madeira y el lugar desde el que hacer una excursión para hacer una excursión para descubrir los secretos de la isla. Uno de los barrios más bonitos de la capital de Madeira es el casco antiguo una zona jalonada de antiguas casas coloridas en las que se vive una efervescente vida cultural tanto de día como de noche.
Funchal abarca desde el puerto hasta las montañas (a las que se accede mediante un teleférico) y es una ciudad repleta de restaurantes pintorescos que ofrecen platos típicos como el pez espada con plátano frito, el bolo do caco o la espetada de carne a la barbacoa. Otra de las visitas gastronómicas indispensables es el Mercado de los Labradores, un paraíso de sabores, colores y olores marcado por el producto local. Para maridar estos sabores nada mejor que el vino local como el que producen las bodegas Blandy, quizás las más conocidas de Madeira.
Madeira, un archipiélago de origen volcánico
La parte norte de la isla, además de contar con algunos lugares para la práctica de surf del que ya hemos hablado anteriormente, también ofrece a sus visitantes buenos planes para conocer la Madeira más auténtica y natural. Si las temperaturas lo permiten, una de las actividades casi obligadas es el baño en las piscinas naturales de Porto Moniz, creadas de forma natural por la erupción de lava en el pasado y la erosión de años hasta producir formas en las rocas bellas para la vista y cómodas para caminar.
En las Cuevas de São Vicente, un conjunto de ocho túneles excavados por la lava de un kilómetro de longitud aproximadamente, descubren a sus visitantes pozas subterráneas como el Lago de los Deseos. Al lado se encuentra el Centro de Vulcanismo que constituye un lugar de obligada visita para conocer el origen volcánico de la isla.
Miradores de Madeira
Para aquellos a los que les gustan las panorámicas y de las vistas el norte de Madeira es el destino ideal para contemplarlas. Destacan acantilados y montes escarpados desde los que se puede ver la inmensidad del océano y las peculiaridades del relieve volcánico de la isla, como es el caso del Mirador das Cabanas, en São Jorge, y el Mirador del velo de la novia en Seixal.
Otro mirador, pero en este caso realizado por la mano del hombre, es el teleférico das Achacas da Cruz, un moderno medio de transporte utilizado por los agricultores del homónimo pueblo para acceder a sus tierras y al que también se suben los viajeros que quieren contemplar desde las alturas el contraste entre el azul del mar y el verde de la tierra.
Playas de Madeira
Aunque la mayor parte de las playas más bonitas se concentran en la isla de Porto Santo, en Madeira también hay algunas ensenadas perfectas para darse un baño como la de la Calheta, situada en un pueblo en la parte occidental de la isla en el que se construyeron dos escolleras para frenar la fuerza del mar para que pudiera así mantenerse de forma más fácil.
La playa de Calheta, además de la zona de baño, tiene un paseo marítimo en el que hay diversos restaurantes para comer. En la otra punta de la isla hay otra playa de arena importada, la de Machico, desde la que es muy fácil contemplar el aterrizaje y el despegue de los aviones que transitan por el aeropuerto de Madeira, ya que este se encuentra al lado.
En Madeira hay dos playas de arena natural: Prainha, una cala enclavada junto a la Ponta de São Lourenço, en la costa sudeste; y la de Seixal, en una ubicación paradisíaca en el norte de la isla que la convierte en uno de los lugares más instagrameables de Madeira.
Visita pueblos con encanto madeirense
Más allá de Funchal en Madeira hay muchos pueblos pintorescos y con encanto. Así, en la costa oeste, destaca la villa pesquera de Câmara de Lobos, coronada por el Cabo Girão, que con 580 metros de altitud es el acantilado más alto de Europa y el segundo más alto del mundo. Muy parecido es el desnivel que se produce en la freguesía (lo que en España se llama pedanía) de Curral das Freiras, una pequeña población situada en lo más profundo de un valle.
En el norte se encuentran los pueblos de Porto Moniz, São Vicente y Santana, el Parque Temático o la zona de las Queimadas, desde la que se puede poner rumbo a la levada del Caldeirão Verde. En el este de Madeira aparecen los pueblos de la costa este como Santa Cruz y Machico. Por último, cruzando el mar, se descubre por sí sola la isla de Porto Santo, la hermana pequeña de Madeira en la que Cristóbal Colón pasó su última estancia antes de marchar hacia las Américas.