10 lugares que visitar en las Montañas de la Costa Daurada
Los municipios de las Montañas de la Costa Daurada conforman un territorio de parajes boscosos y agrícolas bastante variados pero con un denominador común: su encanto rural y mediterráneo.
Desde ermitas rodeadas de naturaleza hasta un imponente monasterio cargado de historia, las Montañas de la Costa Daurada custodian un destacado legado histórico y monumental que embellece el paisaje de estas tierras.
Las Montañas de la Costa Daurada están repletas de rincones con encanto, de lugares que te dejan estupefacto cuando los ves y que constituyen la esencia de este destino catalán. En este artículo os proponemos los 10 lugares imprescindibles de las Montañas de la Costa Daurada que no os podéis perder.
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Castillo Monasterio de Sant Miquel de Escornalbou
El Castillo Monasterio de Sant Miquel de Escornalbou, que fuera centro de una amplia baronía, se encuentra en el municipio de Riudecanyes. Data de finales del siglo XII y su construcción fue impulsada por el rey Alfonso I, que lo cedió a la iglesia de Tarragona. Tanto el castillo como la iglesia de Sant Miquel fueron habitados por monjes agustinos y posteriormente por franciscanos hasta el siglo XIX con la desamortización de Mendizábal.
A principios del siglo XX lo adquirió Eduard Toda que lo restauró, y reunió en su interior interesantes colecciones de grabados, cerámica y objetos de todo tipo, aparte de una notable biblioteca. Los elementos más destacados del conjunto son la iglesia románica, los restos de la sala capitular y del claustro, y la vivienda del Sr. Toda, que muestra cómo era una casa señorial del año 1900.
Desde lo más alto del conjunto, en la ermita de Santa Bárbara, se pueden disfrutar de una de las mejores vistas de las comarcas de Tarragona. El Castillo Monasterio de Sant Miquel de Escornalbou, que está adaptado para personas con movilidad reducida e invidentes, ofrece diferentes visitas comentadas para escolares y para adultos. Más información: 977 834 007.
Prades, la Villa Roja
Prades, también llamada la Villa Roja, es una de las localizaciones más pintorescas de las Montañas de la Costa Daurada. Durante la Reconquista, las montañas de Prades fueron el refugio de los sarracenos que se habían establecido en el entorno de Siurana.
A mediados del siglo XII, el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV los expulsó y doscientos años más tarde el rey Jaume II creó el condado de las Montañas de Prades para su hijo. El título de condes de Prades lo conserva hoy la casa nobiliaria de Medinaceli.
En Prades llama la atención el color rojo de las piedras de la muralla, la iglesia y buena parte de las casas. La Plaza Mayor, la fuente esférica renacentista y la iglesia gótica de Santa María la Mayor son algunos de los emplazamientos más relevantes además de los tramos de muralla con los restos del castillo, dos portales románicos y una torre cuadrada de defensa.
Más información de Prades en la Oficina Municipal de Información Turística y Centro de Interpretación de les Montañas de Prades. Teléfono: 977 86 83 02. Mail: turisme@prades.cat
La Mussara
Este pueblo deshabitado, ubicado a 990 metros de altura en las Montañas de Prades, ofrece unas magníficas vistas del Camp de Tarragona y, en días muy despejados, del Delta del Ebro y de las Baleares. La Mussara tiene una historia muy peculiar porque se cree que aquí hubo una guarnición sarracena dependiente del valí o gobernador de Siurana.
Algunos documentos señalan que la historia de La Mussara se remonta al siglo XII y, de hecho, su iglesia se nombra en la bula papal de Celestino III.
La Mussara, que formaba parte del condado de Prades, es un lugar muy interesante por su ubicación, su historia y los restos de los edificios que todavía se conservan. Es punto de partida de excursiones que llevan hasta los sitios más bonitos de las montañas de Prades.
Serra de Llaberia y Mola de Colldejou
La Serra de Llaberia es un espacio natural protegido repleto de rincones espectaculares y senderos y donde destaca una emblemática elevación, la Mola de Colldejou, desde la que se pueden ver unas vistas impactantes.
El paisaje de la sierra transmite la sensación de ser un lugar aislado, con montes desconocidos y de difícil acceso pero muy cercanos al Camp de Tarragona. En la Serra de Llaberia se puede hacer una interpretación del paisaje, tanto desde el punto de vista de la vida tradicional relacionada con su pasado agrícola, como del medio natural.
Las encinas, en las partes más elevadas, y el pino blanco, en las faldas de la sierra, son los árboles más comunes de estos parajes en los que la mano del hombre ha intervenido muy poco.
La Mola de Colldejou es, por su parte, una de las montañas emblema de Tarragona y es muy agradable hacer una excusión hasta su cima. Desde aquí se tiene una magnífica vista de las tierras tarraconenses.
El paisaje de la Serra de Llaberia y la Mola de Colldejou es el decorado en el que los pueblos de la comarca del Baix Camp desarrollan sus productos agrícolas de calidad. Hay un conjunto de itinerarios y puntos de interés para poder disfrutar de los rincones más espectaculares de la sierra. Asimismo en el espacio natural protegido hay muchos senderos y se están recuperando nuevos caminos.
Mas Miró
En Mas Miró se gestó parte de la obra del artista universal catalán Joan Miró. Este pintor, escultor y grabador se enamoró del paisaje de Mont-roig y se instaló en Mas Miró, donde germinó y maduró su obra posterior. Mas Miró está formado por una serie de edificios y emplazamientos como el jardín, el taller del artista, o la capilla.
Mont-roig del Camp fue modelo para las obras de Joan Miró. El puente, la playa o la iglesia del pueblo, entre otros lugares, fueron pintados por el artista que tenía como inspiración los parajes de este municipio.
Estos sitios forman parte de la ruta “El paisaje emocional de Miró” que recorre los diferentes lugares, debidamente señalizados e identificados, donde el visitante puede ver en primera persona los emplazamientos convertidos por Miró en obras de arte mundialmente reconocidas.
El Mas Miró complementa esta visita ya que, además de ser protagonista de la obra del artista, tiene como privilegio haber sido su hogar y lugar de trabajo. Más información: comunicacio@masmiro.com
Ermita de la Mare de Déu de la Roca
La Ermita de la Mare de Déu de la Roca, uno de los símbolos de la comarca del Baix Camp, está también en el municipio de Mont-roig del Camp. Documentada desde el año 1230, la iglesia y la hostelería fueron reconstruidas después de la Guerra de la Independencia en el año 1811.
Sobre la ermita se alza la capilla de Sant Ramon, del siglo XIX, que todavía hoy sirve de guía a los marineros. Este pequeño templo, de forma cúbica, fue en un inicio un castillo feudal. Al lado de la ermita hay un mirador natural al que se llega por un camino abierto en la roca. Merece la pena disfrutar de las vistas panorámicas desde este lugar.
Pratdip y los Dips
La historia de Pratdip, villa de origen medieval, se remonta a mediados del siglo XII. En el pueblo todavía se visita su iglesia del siglo XII, de estilo románico pero con un magnífico retablo de estilo renacentista; dos torres de defensa que en su día formaban parte de la muralla medieval; y su castillo del que solo se conservan algunas paredes y partes de las almenas de la edificación original. Pratdip está vinculado al Dip, un ser mitológico que da nombre al pueblo y que figura en su escudo.
Estas leyendas ancestrales inspiraron al escritor Joan Perucho en su obra más conocida “Les Històries Naturals”, situando en el castillo la tumba y residencia del vampiro Onofre de Dip, que atemorizaba a la población local.
Embalse de Riudecanyes
El embalse de Riudecanyes es un buen lugar para caminar y disfrutar del paisaje. Se construyó en el año 1918 y se remodeló a mediados del siglo XX para aumentar su capacidad. Merece la pena pararse en el arcén –si la señalética lo permite- de la carretera hacia Desaigües en dirección al pueblo de Riudecanyes.
Aquí la vista es impagable ya que el agua de azul intenso del embalse queda por encima del mar que brilla a lo lejos. Asimismo hay un punto donde confluyen, superpuestas, tres tonalidades de azul: la de su agua dulce, la del mar y la del cielo limpio de nubes de la comarca del Baix Camp.
Los Gorgs y los Avencs de La Febró
Los Gorgs de la Febró es el nombre que recibe un conjunto de pozas y cascadas situadas cerca de la Febró y de la carretera de Vilaplana a la Febró. Junto con las simas son los lugares más emblemáticos de este pueblo del Baix Camp.
Estas pozas se han formado por la erosión de los saltos de agua y son hoy día un lugar perfecto para tomar un baño. Es un lugar de fácil acceso ya que se puede llegar por la carretera de Vilaplana a la Febró.
A la altura del kilómetro 25, cerca de Mas dels Frares, está señalizado un GR (sendero) que lleva hasta este enclave muy visitado sobre todo en verano. Los Avencs de la Febró, por su parte, son simas repletas de vegetación que fueron refugio de contrabandistas y conspiradores y, según la tradición popular, fue el lugar donde se ocultó el general Prim en el año 1843.
Tossal de la Baltasana
El nudo orográfico de las montañas de Prades ocupa prácticamente todo el término de Prades. En la alineación nororiental, el macizo culmina en el Tossal de la Baltasana, de 1.201 metros, que separa las comarcas de la Conca de Barberà y el Baix Camp además de ser su montaña más alta. Se accede por el sendero de gran recorrido GR-171.
Más información en: www.muntanyescostadaurada.cat/es