Baix Camp, una escapada otoñal que deja huella
Bosques que viran del verde a amarillos, naranjas y ocres dando paso a una explosión de colores que anuncia en silencio el final del verano. Pequeños pueblos rurales con un rico patrimonio que escapan de la masificación. Senderos que merecen ser recorridos bajo un manto de aire limpio y puro. Productos locales que desfilan por las mesas de los restaurantes tras reinar en los campos… Todos estos ingredientes se dan cita en otoño en el Baix Camp, una comarca de Tarragona que enmarca su milenaria cultura en parajes naturales de gran valor y belleza.
Y es que la estación más romántica y delicada del año ya está aquí, y con ella multitud de planes para disfrutarla siguiendo el calendario que marca la naturaleza en este precioso rincón de Catalunya. ¿Quieres conocerlos?
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Descubrir los paisajes interiores del Baix Camp
Aunque muchos asocian el Baix Camp con las playas y calas de la Costa Daurada que jalonan su litoral, más allá de esta atractiva fachada mediterránea, el protagonismo recae en la diversidad natural del interior de la comarca que luce su mejor estampa antes de la llegada de los primeros fríos.
Para comprobarlo, lo mejor es escoger cualquiera de los senderos del Baix Camp que vertebran el territorio y lanzarse a caminar sin prisas para disfrutar del paisaje otoñal que cubre la sierra de Llaberia, los caminos de la baronía d’Escornalbou o las Montañas de Prades. El crujido de la hojarasca bajo los pies, la paleta cromática de tonos cálidos que alfombra los senderos y estalla en las copas de los árboles, el tiempo que parece detenerse envuelto en una temperatura ideal…
Un placer contemplativo que puede combinarse con un sinfín de actividades relacionadas con la naturaleza, como el trekking, la escalada y el barranquismo, en idílicos rincones como el pantano de Riudecanyes, la vía ferrata dels Patacons, la espectacular cascada del barranco de la Pixera en Capafonts o el Tossal de la Baltasana, entre otros. Sin olvidar las fértiles llanuras de cultivos donde crecen los frutos que dan entidad propia a esta comarca, y los encantadores pueblecitos que se cruzan al paso.
Gaudí y las montañas del Baix Camp: un recorrido inspirador
Columnas que parecen árboles, caracolas que se transforman en escaleras hacia el infinito, cuevas que dibujan balcones… Es indudable que Antoni Gaudí se inspiró en la naturaleza para crear su revolucionaria obra, ya que, como él mismo afirmaba, “todo sale del gran libro de la Naturaleza, esta naturaleza que siempre es mi maestra».
Uno de los paisajes que fascinaron al arquitecto catalán más universal es el Collet Rodó, un espectacular paraje de rocas, situado entre los municipios de la Argentera y Vilanova d’Escornalbou, que el genio de Reus solía frecuentar desde pequeño. Contemplar su singular geología, como hizo Gaudí en su día, nos remite a sus obras maestras y a los elementos que las hicieron únicas como los tragaluces y chimeneas de La Pedrera, los balcones de la Casa Batlló o el famoso dragón del Park Güell.
Además, realizar esta sencilla ruta que discurre por una pista pedregosa, tiene otra gran recompensa: dejar que la mirada navegue por el mar de panorámicas que desde aquí se divisan si el cielo está despejado. Las montañas de Prades, los riscos de la Mussara, la sierra de Llaberia, la costa de Cambrils…
Senderos costeros: las playas no son solo para el verano
¿Puede haber algo más placentero que pasear por una playa desierta en otoño? Algo de abrigo, la brisa en la cara, el rumor de las olas, el frescor de la arena en los pies, sin aglomeraciones ni altas temperaturas…
Un buen lugar para experimentar todas estas sensaciones es el sendero litoral del Jonquet, uno de los cuatro Senderos Azules que hay en la demarcación de Tarragona. Este sencillo paseo, que une la playa del Arenal y la del Torn en Vandellòs i l’Hopitalet de l’Infant, cuenta con magníficas vistas de la Costa Daurada, y se adentra en el Espacio de Interés Natural de la Rojala-playa del Torn, donde se alza el singular islote del Torn que aún conserva los restos de una torre de vigilancia del siglo XVI.
Otra ruta muy interesante es Un mar de piratas y leyendas, un sendero que discurre por la costa de Mont-roig del Camp y Miami Platja a lo largo de 11 kilómetros, y que nos recuerda que aquí desembarcaron 300 corsarios en el año 1.558. Según cuenta la leyenda, fue Luna Roja, la nieta del famoso pirata Barbarroja, quién decidió asaltar el antiguo pueblo de Miramar.
Probar los sabores del otoño: un imprescindible para foodies
El otoño también despliega su magia en las cocinas de la comarca y nos invita a probar los sabores de proximidad que priman en el recetario local en estas fechas. Platos y elaboraciones donde cobran especial protagonismo los productos más destacados del Baix Camp. Como la avellana, un apreciado y nutritivo fruto seco, amparado bajo el sello de calidad DO Avellana de Reus, que además de aportar un sabor único a los guisos y suquets, es el ingrediente estrella de chocolates y pralinés.
Otros frutos de reconocida calidad son las patatas de Prades que cuentan con Indicación Geográfica Protegida y que se cultivan de forma tradicional y sostenible, las castañas y las diferentes variedades de setas que crecen en los bosques (rovellons, pinatells, llenegas negras, fredolics…), y que hacen las delicias de los aficionados al turismo micológico en zonas como la Mussara y Els Motllats.
Y, cómo no, el aceite de oliva virgen extra DOP Siurana, pilar de la cocina del Baix Camp y de la dieta mediterránea. Un apreciado oro líquido de inconfundible sabor que se produce a partir de la variedad de oliva arbequina. Para aproximarnos a su cultura, nada mejor que participar en las interesantes experiencias de oleoturismo que se llevan a cabo como, por ejemplo, caminar por los campos de olivos de la Cooperativa Agrícola de Riudecanyes, visitar el Espacio Museístico del Aceite de la Selva del Camp o asistir a las fiestas y ferias del aceite que se celebran desde octubre hasta finales de año.
¿Otro plan perfecto para realizar en familia? Explorar en bicicleta los olivares de la zona para conocer todos los secretos de este tesoro gastronómico.
Recorrer la Ruta Cicloturística del Aceite: deporte con denominación de origen
Ropa cómoda, calzado apropiado, una bici y ganas de descubrir los bucólicos paisajes rurales del Baix Camp a golpe de pedal. Eso es todo lo que se necesita para completar la Ruta Cicloturística del Aceite que discurre por siete poblaciones de la comarca: Reus, Riudoms, Montbrió del Camp, Vilanova d’Escornalbou, Mont-roig del Camp, Cambrils y Vinyols i els Arcs.
Uno de los grandes atractivos de este itinerario circular de casi 50 kilómetros es que combina naturaleza y cultura ya que, además de transitar por apacibles caminos que conducen a huertos, campos de avellanos, algarrobos y, por supuesto, olivos, se adentra en las poblaciones para visitar cooperativas, molinos y centros de interpretación del aceite. Además, esta ruta -apta para todo tipo de ciclistas gracias a su escaso desnivel-, también puede ampliarse a otros lugares de interés como la casa familiar de Gaudí en Riudoms, el Mas Miró en Mont-roig del Camp, las casas señoriales de Vilanova d’Escornalbou o los edificios modernistas de Reus.
Pasear por las calles de Reus en busca de establecimientos centenarios para comprar aceite y avellanas, tomar un vermut, probar el delicioso menjablanc, visitar los jardines románticos del Parc Samà, descubrir la arquitectura tradicional que embellece las pequeñas localidades de la comarca, contemplar el mágico cromatismo que adopta la naturaleza… Está claro que hay infinidad de maneras de vivir el otoño en esta comarca de sierras, llanuras y mar que encandiló a genios universales como Joan Miró o Antoni Gaudí.
Con el final de las vacaciones no cesan las ganas de viajar y el Baix Camp es una de las mejores opciones para una escapada otoñal.