8 experiencias que puedes vivir en Burgos
Burgos es tradición, arquitectura medieval, gastronomía de producto e historia. Pero también esta urbe castellanoleonesa es moderna, ecológica, repleta de museos y centros de arte a la vanguardia de las últimas tendencias y con una restauración puntera y dinámica que lo está dando todo en los fogones (no en vano Burgos es ciudad creativa de la gastronomía por la UNESCO).
La ciudad del Cid, del Camino de Santiago y del Papamoscas es también un destino atractivo por sus exposiciones, sus propuestas enogastronómicas y sus paseos por el Arlanzón, río que le regala toda su esencia a su paso. En este artículo os vamos a proponer 8 experiencias indispensables que puedes vivir en esta ciudad de Castilla y León.
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Sentir la fuerza de la Catedral
La Catedral de Burgos es el emblema de la ciudad y su buque insignia. Este templo significa la cumbre del arte gótico en Europa y prueba de ello es que es la única catedral del mundo que es Patrimonio Mundial de la Unesco por sí sola.
Entrar en este maravilloso edificio es el sumun para los viajeros que visitan Burgos ya que es una experiencia estética única.
Además y gracias a las restauraciones de los últimos años, el interior luce unos elementos decorativos únicos como, entre otros, su cimborrio calado que se alza sobre el crucero, la magnífica escalera dorada renacentista de Diego de Siloé, la capilla gótica de Santa Ana o la de los Condestables.
En el año 2021 se celebró por todo lo alto el 800 aniversario de la colocación de la primera piedra de la catedral de Burgos. Podéis visitar este templo por libre o bien con esta visita guiada.
Entender la historia en sus monasterios
Es imposible comprender la historia de esta ciudad sin conocer dos de sus monumentos más importantes: los monasterios de Las Huelgas Reales y la Cartuja de Miraflores. No se encuentran en el centro urbano pero es muy fácil llegar hasta ellos a pie o en bicicleta. Porque Burgos, con una silueta llana y alargada, es una ciudad perfecta para ir en este transporte.
Monasterio de las Huelgas Reales
El Monasterio de las Huelgas Reales, oficialmente Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, fue fundado en el XII por el rey Alfonso VIII para albergar el Panteón Real de su linaje. En este monasterio del Císter conviven elementos del arte cristiano con claros exponentes del mudéjar.
Además de su interés artístico que se concentra en la iglesia, en la sala capitular y en sus capillas, cabe destacar la importancia que tuvo durante siglos su abadesa, una de las mujeres más poderosas de Europa, ya que estaba por encima de la curia episcopal y tan solo tenía que rendir cuentas al Papa.
El Museo de Ricas Telas de Las Huelgas, uno de los más originales que se conocen, conserva una lujosa colección de vestimentas y ajuares principalmente del siglo XIV.
Cartuja de Miraflores
Por otro lado, la Cartuja de Miraflores es uno de los monumentos más interesantes del gótico tardío en la Península. Se comenzó a construir en el siglo XV y en ella trabajaron algunos de los artistas más importantes de la época como Gil de Siloé, de quien es obra el magnífico retablo mayor y los sepulcros reales.
En el interior encontramos otras obras pictóricas de calidad como la Anunciación de Pedro Berruguete.
Ser peregrino por un día
El Camino de Santiago atraviesa la ciudad de Burgos donde realiza un interesante trazado urbano. El mejor lugar para comenzarlo es la plaza de San Juan que se abre al homónimo monasterio y la recuperada biblioteca pública.
Aquí se levanta la iglesia de San Lesmes, un notable ejemplar gótico burgalés que lleva el nombre de un clérigo de origen francés que se dedicó a atender a los peregrinos que pasaban por la ciudad.
Y es que sus 35 hospitales convirtieron a la ciudad del Arlanzón en la más hospitalaria del Viejo Continente.
En el tramo urbano aún se puede disfrutar del recorrido original jalonado de atractivos culturales como la iglesia de San Gil y gastronómicos sobre todo en las calles Avellanos y Fernán González. A través de esta última los caminantes llegaban a la catedral y la iglesia de San Nicolás de Bari y salían del casco urbano por el arco mudéjar de San Martín.
Tener la ciudad a tus pies
Toda ciudad medieval que se precie tiene que tener un castillo y Burgos posee uno justo en lo más alto. Su histórica fortaleza se ha convertido en una atalaya privilegiada donde se disfruta de unas vistas inigualables. Subir al castillo se puede hacer a pie aunque desde el moderno albergue de peregrinos salvaremos el primer nivel con un ascensor y dos tramos de escaleras mecánicas.
Dejaremos atrás el Centro de Arte Caja Burgos, CAB, y la iglesia de San Esteban y su increíble Museo del Retablo, y tomaremos una escalinata que nos llevará a los restos de este antiguo alcázar y a su mirador desde el que se ve una magnífica panorámica de la ciudad de Burgos con la Sierra de la Demanda de telón de fondo.
En los restos del castillo es muy aconsejable aventurarse por las galerías del pozo medieval, uno de los más profundos de Europa, y uno de los pocos vestigios que se salvaron de esta construcción tras el bombardeo de las tropas francesas en su retirada de la Guerra de la Independencia.
Conocer a los antepasados
El Museo de la Evolución Humana (MEH) es un referente científico a nivel internacional. En este centro nos vamos a encontrar de frente con nuestros antepasados europeos más remotos en una visita que atrae cada vez más turistas y burgaleses.
En un lugar destacado se exponen los fósiles originales de los homínidos de Atapuerca: desde los restos del Homo Antecessor, una especie con más de un millón de años de antigüedad, hasta numerosos hallazgos del Homo Heidelbergensis, entre los que destaca el cráneo número 5 también llamado Miguelón.
El MEH tiene un diseño atractivo proyectado por Juan Navarro Baldeweg en el que destaca su diáfano espacio interior.
Seguir las huellas del Cid
Hablar de Burgos es hacerlo del Cid porque no hay lugar en esta ciudad que no esté vinculado a hitos cidianos. De hecho ya hay una ruta señalizada que recuerda la presencia real o, a veces, legendaria, de Rodrigo Díaz de Vivar.
Algunos lugares vinculados con este personaje son la Catedral, donde están enterrados sus restos y se guardan su cofre y la carta de arras de su matrimonio con Doña Jimena; el arco de Santa María donde se conservan varios cuadros del Cid, un hueso de su brazo y una reproducción de la espada Tizona; la estatua ecuestre del Cid; y, al otro lado del Arlanzón, el Museo de Burgos, donde se guarda la verdadera Tizona.
Por último, el monasterio de San Pedro de Cardeña también está vinculado a la memoria del Cid y a la de su mujer Doña Jimena, que se quedó en este lugar al amparo de los monjes cuando su esposo partió hacia el destierro. Aquí estuvo enterrado el héroe castellano y su familia hasta el siglo XIX.
La abadía fue renovada en los siglos XVII-XVIII, aunque conserva vestigios románicos como la torre y el claustro de los Mártires del siglo XII. En el Monasterio de San Pedro de Cardeña los monjes trapenses elaboran una cerveza tipo belga además de ser el lugar de envejecimiento y crianza del vino Valdevegón.
Empaparse del arte en sus museos
Aparte del Museo de la Evolución Humana, esta ciudad castellanoleonesa cuenta con varios centros culturales muy interesantes. Uno de ellos es el Museo de Burgos, ubicado en una antigua casa renacentista y que hoy conserva parte del esplendoroso pasado de la ciudad.
Merece la pena visitar su patio interior cuyos rincones emanan el clasicismo de la época. Por su parte, sus salas tienen una atmósfera moderna y didáctica donde se exponen piezas maravillosas como el frontal de Silos o hallazgos de la ciudad romana de Clunia, entre otros vestigios.
Por su parte, el anteriormente mencionado CAB brinda una mirada abierta a la creación contemporánea nacional e internacional.
Este centro acoge un variado programa expositivo con una clara presencia de las nuevas tendencias. También se celebran talleres y proyectos experimentales que hacen un crossover entre la plástica, los audiovisuales, el net-art y las artes escénicas, entre otras disciplinas.
Hacer una escapada a Lerma
La localidad de Lerma, a una media hora en coche de Burgos, está situada en la cima de un cerro desde el que se otea la silueta del río Arlanza. Esta pequeña localidad vivió una época de esplendor durante el siglo XVII cuando se convirtió en una villa ducal al servicio de los Austrias, concretamente de Felipe III.
De esa época son la mayoría de edificios y sus monumentos que son reflejo de una época de hegemonía económica.
Y es que Lerma puede sacar pecho y presumir de su Conjunto Histórico Artístico de arquitectura herreriana, una de las razones por la que pertenece al exclusivo club de Pueblos Más Bonitos de España. De todos ellos destacan el Palacio Ducal, reconvertido hoy en un Parador de Turismo, ubicado en la Plaza Mayor, antiguo mercado, coso taurino y corral de comedias.
Una de las curiosidades de Lerma son los pasadizos que construyó Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, para desplazarse entre el Palacio Real y la Colegiata de San Pedro, otro de los monumentos que merece la pena visitar de esta localidad burgalesa.
Dentro destaca la estatua orante, en bronce dorado, del arzobispo don Cristóbal de Rojas y Sandoval, tío del duque de Lerma, realizada por Juan de Arfe y Fernández del Moral.
Bajo el casco histórico de Lerma hay un entramado de galerías subterráneas que conectan las bodegas y que se usaron en la Guerra de la Independencia para esconderse del enemigo.
Una última recomendación: también podéis hacer un free tour por Burgos para hacer una primera aproximación por la ciudad.
¿Dónde alojarte en Burgos?
El alojamiento recomendado es el Mesón del Cid, justo delante de la Catedral, en un emplazamiento insuperable. El hotel está ubicado en una casa palacio del siglo XV, una antigua imprenta en la que se estampó la primera edición de La Celestina.
¿Cómo llegar a Burgos?
Air Nostrum conecta Barcelona con Burgos con dos vuelos a la semana los viernes y los domingos.
Más información: www.aytoburgos.es