Diez motivos para visitar Vila-seca, la Pineda Platja
Vila-seca, la Pineda Platja es uno de los destinos de la Costa Daurada más querido por las familias. Y es que, por el hecho de ser un lugar adorado por los más pequeños y, sobre todo, por sus padres, este enclave tiene el sello de calidad de Playa en Familia, una insignia de especialización que concede la Agència Catalana de Turisme de la Generalitat de Catalunya a aquellos territorios especializados y enfocados a los visitantes con niños.
¿Qué pueden hacer los visitantes en Vila-seca, la Pineda Platja? Aquí os damos 10 razones para hacer de esta localidad de la costa de Tarragona vuestro próximo lugar de veraneo.
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Bañarse en sus casi cuatro kilómetros de playas
Vila-seca, la Pineda Platja cuenta con una larga playa, de más de tres kilómetros, con arena fina y dorada como son la mayoría de calas y ensenadas de la Costa Daurada. Las aguas son perfectas para el baño de las familias porque son tranquilas, límpidas y con una pendiente muy suave por lo que niños pueden disfrutar de chapoteos en la orilla para tranquilidad de sus padres.
La playa de la Pineda, por su calidad y por su alto valor paisajístico y ambiental, luce desde el año 1999 la bandera azul que otorga la Associació d’Educació Ambiental i del Consumidor (ADEAC). Esta marca distingue a las playas que cumplen con los requisitos de seguridad, gestión ambiental, limpieza y servicios establecidos por la Unión Europea.
El paseo marítimo y la playa de la Pineda están libres de barreras arquitectónicas ya que están adaptadas a las personas con movilidad reducida. Asimismo hay plazas de aparcamiento reservadas para este colectivo además de una silla anfibia.
Contemplar las esculturas contemporáneas de la localidad
En el paseo marítimo de Vila-seca, la Pineda Platja se encuentra el símbolo más representativo del municipio: el grupo escultórico Pineda.
Los 24 metros de altura y 130 toneladas de peso de los ocho pinos que conforman esta obra, realizada en acero y cobre y proyectada por el artista afincado en Barcelona Xavier Mariscal, embellecen el paseo marítimo ya que simboliza la sostenibilidad, la proyección y el urbanismo.
Es tal la importancia de este elemento que el Patronato Municipal de Turismo de Vila-seca adoptó esta imagen como logotipo.
En la playa de la Pineda, por su parte, el grupo escultórico Marca de Agua da la bienvenida a los visitantes filtrando la luz y el viento. Realizada en acero, la obra del escultor Sergi Aguilar rinde homenaje al escritor y poeta Carles Barral, y evoca tanto a los cuatro elementos (agua, fuego, mar y aire) como a los cuatro puntos cardinales.
Dar un paseo a pie o en bici por el Raval del Mar
El municipio de Vila-seca, la Pineda Platja cuenta con varios espacios para la práctica del turismo activo tanto de manera individual como en familia.
Los dos núcleos de población están conectados por el Raval de la Mar, un itinerario de casi 3 kilómetros que permite el tráfico rodado, así como dar un relajante paseo. A través del Raval de la Mar podéis ir desde Vila-seca a la Pineda.
Visitar el Santuario de la Mare de Déu de la Pineda
Durante el recorrido por el Raval de Mar es muy recomendable hacer una parada para visitar el Santuari de la Mare de Déu de la Pineda, un templo de estilo propio del gótico local de la segunda mitad del siglo XIV muy conocido por la romería que cada año se realiza el lunes de Pascua. Merece la pena entrar para contemplar el retablo mayor del siglo XVIII.
Hacerse un selfie en el Parc del Pinar del Perruquet
Uno de los lugares más fotografiados de Vila-seca, la Pineda-Platja es el Parc del Pinar del Perruquet, un lugar único donde sentarse a descansar y a disfrutar de las vistas.
Este espacio natural de 2’5 hectáreas, situado en primera línea de mar, se inspira en los elementos de la naturaleza.
Relajarse dando un paseo por el Parc de la Torre d’en Dolça
Muy cerca se encuentra el Parc de la Torre d’en Dolça, llamado así por la torre de defensa del siglo XVI que se ubica justo en medio del parque.
Es el sitio perfecto para dar un paseo al atardecer tanto sobre ruedas como a pie ya que es un amplio espacio verde sostenible con lagunas artificiales y zonas húmedas con micrófitos, además de ser un lugar muy especial para los amantes a la ornitología porque aquí se observan una gran cantidad de pájaros migratorios.
Conocer la flora y fauna de la Séquia Major
Vila-seca, la Pineda-Platja puede presumir y con razón de sus recursos naturales siendo uno de los más destacados la Séquia Major, una zona húmeda litoral protegida por el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Generalitat de Catalunya desde el año 1992.
En este territorio protegido, de poco más de 17 hectáreas, encontramos comunidades vegetales y animales singulares, como el fartet o la tortuga de estanque.
La Séquia Major se puede visitar gratuitamente de agosto a febrero con un recorrido muy adecuado para hacerlo en familia. Durante el itinerario, además de explicar la historia del humedal, se interpretan las rastros de actividad animal a través de huellas, plumas y restos de comida, y se observan aves con prismáticos, entre otras actividades.
Recorrer el centro histórico de Vila-seca
Vila-seca es una localidad muy cómoda para visitar por libre gracias a la instalación de 10 tótems informativos situados en los monumentos más relevantes. Se ofrecen datos históricos y de interés en 5 idiomas y se puede acceder a ellos a través de los códigos QR disponibles en cada uno de los puntos estratégicos.
Un buen punto de inicio para conocer el casco histórico de Vila-seca es el Raval del Mar, donde está la Creu de la Beguda, del siglo XII, último vestigio de las cruces del término.
Ya adentrados en el núcleo antiguo, los visitantes pueden ver de cerca la iglesia de Sant Esteve, un edificio del siglo XVII de estilo neoclásico; el Celler Noucentista, con tres naves de planta rectangular; el Portal de Sant Antoni, del siglo XIV, la Torre de la Tuies del Cafè del XV; y las Torres de l’Abadia, del Delme y del Homenatge (s.XII).
Descubrir el Castell de Vila-seca
Durante una visita por el casco histórica de esta localidad haremos una parada en el Castell de Vila-seca, originario del siglo XII, y situado muy cerca del Celler Noucentista. Declarado Bé Cultural d’Interès Nacional, el castillo destaca por su esbelta silueta rodeada por un pinar.
El edificio, de aspecto neomedieval, ha sufrido varias modificaciones a lo largo de los siglos. Hoy es una construcción rectangular, de planta y dos pisos siendo la Torre de los Olzina, cuyos orígenes atribuyen algunos historiadores al período romano, la edificación más antigua del actual castillo.
El Ayuntamiento de Vila-seca compró el Castell dels Comtes de Sicart hace quince años y lo ha rehabilitado completamente, convirtiéndolo en un equipamiento de carácter municipal y polivalente.
En el año 2017 se inició una de las últimas etapas: la adecuación del jardín. El Castell de Vila-seca es uno de los ítems de la ruta para conocer el centro histórico de Vila-seca a través de los monumentos patrimoniales que disponen de código QR.
Degustar su gastronomía de proximidad
Vila-seca, la Pineda Platja cuenta con una gastronomía ligada a los productos de la tierra y el mar. No hay que perderse los arroces, los suquets de peix o los fideos maridados con los vinos de alguna de las 6 Denominaciones de Origen de Tarragona (DOQ Priorat, DO Montsant, DO Penedès, DO Tarragona, DO Conca de Barberà y DO Terra Alta).
En este sentido en Vila-seca se pueden visitar dos bodegas familiares (incluidas en la DO Tarragona): Clos Barenys y Vinyes del Terrer. Con producción propia, estos dos espacios ofrecen visitas concertadas y degustaciones para conocer de cerca el apasionante mundo de la viticultura.
La oferta de restauración en Vila-seca, la Pineda Platja es muy amplia ya que conviven establecimientos consolidados de comida tradicional con nuevos espacios que ofrecen cocina innovadora y de fusión. Vila-seca, la Pineda Platja no se olvida de su público más fiel: el familiar.
Cuenta con varios restaurantes adheridos al sello DTF (Destino de Turismo Familiar) que tienen propuestas pensadas para los más pequeños de la casa, así como instalaciones y equipaciones dirigidas a la comodidad de las familias.
Por último no hay que olvidarse de las propuestas más informales. En la playa de La Pineda hay bares, terrazas y chiringuitos donde picar algo o tomar una copa al atardecer.