Cinco pueblos de la Val d’Aran que no te deberías perder
La Val d’Aran es uno de los destinos que apunta maneras para este verano ya que tiene todos los ingredientes para pasar unos días de asueto. Espacios naturales al aire libre, rutas senderistas y ciclistas, lagos de montaña y una gastronomía deliciosa son cuatro motivos por los que esta comarca de Catalunya puede ser un buen plan para este estío de liberación postpandemia.
A todos estos atractivos se le suman sus 33 pueblos en los que la piedra, la madera y la pizarra se fusionan con la intensa y bella naturaleza de sus parajes montañosos y alpinos. Hemos seleccionado cinco poblaciones de la Val d’Aran que no te puedes perder este verano y en las que puedes vivir la esencia de este territorio.
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Bossòst, epítome del románico
Situada en el Baish Aran (Bajo Aran), Bossòst destaca por su magnífico exponente de arquitectura románica aranesa, la Iglesia dera Mair de Diu dera Purificacion, del siglo XII. Este templo representa un perfecto compendio de las principales características de este estilo con su planta basilical con tres ábsides decorados con arcuaciones y bandas lombardas.
Destaca su torre campanario, sus ventanales, la riqueza iconográfica de sus portadas y un fragmento de pintura mural ubicado en el ábside central, donde se intuye la representación de la escena de la Epifanía.
También es muy recomendable conocer las siete capillas románicas que rodean el pueblo y que, según la tradición, sus habitantes construyeron para protegerse de la peste. Destacan las de Sant Cerat, Sant Joan Crisòstom, Soala Casteràs, la Pietat y la de Sant Antoni.
El paseo arbolado Eth Grauèr, en la ribera del Garona, es una de las vías principales de este pueblo que suele congregar mucha animación en sus tiendas, bares y restaurantes. El río en este tramo es bastante caudaloso y es ideal para la práctica del rafting y otros deportes de aventura.
El trabajo de la madera y la minería fueron dos actividades muy importantes en la zona. Por este motivo en Bossòst se encuentra el único aserradero en funcionamiento que queda en la Val d’Aran y, a las afueras, los restos de las minas de Margalida.
Aunque el itinerario más sensacional que se puede hacer desde Bossòst es la subida al Port del Portilhòn, una ruta por una frondoso abetal que constituye una etapa especialmente dura dentro de la Vuelta Ciclista a España. Durante este recorrido merece la pena parar en Coth de Baretja desde cuyo balcón-mirador hay una espectacular vista del Baish Aran.
Vilamós, el decano aranés
Vilamós, también en el Baish Aran, es el pueblo más antiguo de la Val d’Aran. Situado en un altiplano de las vertientes de la montaña d’Uishèra, esta población tiene en la iglesia de Santa María su monumento más característico. Y es que este edificio románico (s. XI-XII) incorpora en sus muros un gran número de elementos romanos (s. IV-V dC).
En la vía principal de Vilamós se encuentra la casa Ecomusèu Ço de Joanchiquet, un espacio etnográfico que merece la pena conocer para saber más de la forma de vida tradicional aranesa hasta el segundo tercio del siglo XX. En la calle lateral del museo sorprende un antiguo lavadero.
Una excursión que se puede realizar desde Vilamós es la que lleva a la cercana ermita románica de Sant Miqueu de los siglos XI y XII, que destaca por una magnífica panorámica sobre el macizo de La Maladeta, el más alto de los Pirineos.
Vielha, su enigmática capital
Vielha e Mijaran, más conocida como Vielha a secas, es la capital de la Val d’Aran. Es una localidad que mantiene su esencia y sus raíces, al igual que todo el valle, gracias a la presencia del aranés, su lengua oficial, una variante del occitano, el idioma de los trovadores de la edad media. De hecho en la Val d’Aran son oficiales tres idiomas: aranés, catalán y castellano.
En Vielha es muy recomendable dar un paseo por el casco antiguo y visitar la iglesia de San Miguel, de estilo gótico aranés, y el paso del río Nere, que divide a este pueblo pirenaico en dos.
En Vielha es aconsejable conocer dos museos: el del Valle, que muestra cómo se vivía antaño en los pueblos colindantes de la Val d’Arán y en el mismo Vielha e Mijaran; y el de la Lana, ya que durante la Revolución Industrial el trabajo de esta fibra textil tuvo un papel especialmente relevante en el desarrollo de Vielha y sus alrededores. Aquí se conserva la máquina tejedora Spinning Jenny que funcionaba con energía proporcionada por el agua del río Nere.
Arties, a los pies del Montardo
Arties, en el Naut Aran (Alto Aran), es una población de callejuelas empedradas con mucho encanto de la Val d’Aran que está cobijada bajo el imponente Montardo, una montaña que da personalidad a este pueblo. Arties es realmente precioso y cuenta con unas destacadas construcciones renacentistas de los siglos XVI y XVII.
Así, destacan, por un lado, la casa solariega de los Portolà, cuyos torreón y capilla están hoy día integrados al Parador de Turismo, y, por su parte, Çò Paulet, que tiene ventanales renacentistas y esculturas de lo más inquietantes en su fachada.
En el pueblo encontramos dos iglesias, la de Santa María, románica, y la de Sant Joan, de estilo gótico, que acoge exposiciones de arte temporarales. Por último, el monumento al Taro rinde homenaje a la fiesta de Sant Joan, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Tredòs, la capital de los lagos
Tredòs, en Naut Aran, destaca por sus iglesias, sus cimas y sus lagos. De su patrimonio sobresale la iglesia de Santa María de Cap d’Aran, del siglo XII y de estilo románico, que fue un antiguo convento de la orden del Temple.
También son muy interesantes la capilla de la Verge del Rosari, del siglo XII y ubicada a la orilla del Garona, y la iglesia de Sant Esteve, románica del siglo XI. Como curiosidad, Tredòs puede presumir de su balnerario de aguas temales, los Banhs de Tredòs, los de mayor altitud en Europa.
En el entorno de Tredós hay picos de montaña espectaculares como el Mauberme, el Montardo, el Barlonguèra y el Baciver. Mención especial merecen sus lagos como los de Saboredo, los del Circo de Colomers y el Lago de Mar. Todos ellos pertenecen al Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Por último desde Tredòs parte el Camino de la Bruja, una ruta sencilla ideal para familias, ambientada en esta temática tan misteriosa.
Más información visitvaldaran.com