Santa Pola: tradición marinera y sabor mediterráneo
En pleno corazón de la Costa Blanca y a tan solo diez kilómetros del aeropuerto de Alicante se encuentra Santa Pola, una población marinera que conserva intacta su esencia.
Santa Pola
Con trece kilómetros de playas, paisajes que combinan salinas, dunas y mar, y uno de los puertos pesqueros más importantes del Mediterráneo, esta villa alicantina es un destino que lo tiene todo: historia, naturaleza, deportes náuticos y, sobre todo, una gastronomía de primera calidad.
Litoral de Santa Pola
ÍNDICE / CONTENIDO
Una cocina con raíces marineras
En Santa Pola, cocinar va mucho más allá de la simple acción de preparar alimentos. Aquí guisar es un arte que combina materias primas frescas con ingredientes de la tierra como el aceite de oliva, el azafrán de hebra, las ñoras y, por supuesto, la sal de sus salinas y el Peix de Santa Pola.
Arroz con marisco, típico de Santa Pola
Todo ello se transforma en platos que reflejan el alma marinera del pueblo y el mimo de generaciones que han sabido mantener su tradición culinaria.
Pescados, mariscos y arroces imprescindibles con sello local
Los pescados y mariscos de la bahía son los auténticos protagonistas de la cocina santapolera. Doradas, lubinas, quisquillas, cigalas, gambas rojas, pulpos o jibias llegan cada día a la lonja y se convierten en recetas de sabor inconfundible.
Lonja de Santa Pola
Entre ellas destacan los arroces, ya sea a banda, negro, de marisco o el popular arrós i gatet, además de especialidades elaboradas con Peix de Santa Pola como el gazpacho de mero, el blanquillo de rape o el caldero de gallina con patatas y allioli, todos ellos estrechamente ligados a la identidad marinera de la villa.
El arroz con bonito es muy típico de Santa Pola
Uno de los grandes orgullos de la localidad es el Peix de Santa Pola, nombre que identifica al pescado y marisco de la lonja, procedente de capturas frescas y de primera calidad. Cada jornada, las barcas descargan un sinfín de especies que enriquecen la despensa local.
Puerto de Santa Pola
Apostar por este producto no solo es sinónimo de frescura y sabor, sino también de apoyo al trabajo de los pescadores santapoleros que mantienen viva la tradición marinera. En la web www.turismosantapola.es se pueden encontrar recetas elaboradas con este distintivo que pone en valor la esencia gastronómica de la localidad.
El toque gourmet de las escamas de sal marina
Otros tesoros de Santa Pola son sus salinas, de donde se obtienen las exclusivas Escamas de Sal Marina Natural de POLASAL, las únicas producidas en España.
Salinas de Santa Pola
Estas escamas piramidales, delicadas y crujientes, son hoy un ingrediente gourmet imprescindible en la alta cocina. Se utilizan en la fase final del emplatado y basta con espolvorearlas justo antes de servir para que liberen todo su sabor y aporten un toque sofisticado a carnes, pescados, verduras e incluso postres creativos.
Más allá de la mesa
La experiencia en Santa Pola va mucho más allá de su cocina. La bahía es un enclave privilegiado para la práctica de deportes náuticos como el windsurf, el windfoil, el paddle surf, el kitesurf, la vela o el kayak, con opciones tanto para principiantes como para expertos que buscan emociones en mar abierto.
Santa Pola es un destino perfecto para la práctica de deportes acuáticos
La brisa mediterránea y las aguas tranquilas convierten a este rincón de la Costa Blanca en un auténtico paraíso para quienes disfrutan del deporte y del contacto directo con la naturaleza.
Santa Pola sorprende también por su patrimonio histórico y sus espacios naturales. El Castillo Fortaleza de Santa Pola, construido en el siglo XVI, es una joya del arte militar renacentista que hoy alberga la sede central del Museo del Mar, donde se conserva y difunde la memoria de este pueblo marinero.
Sede central del Museo del Mar
Otra visita imprescindible es el Mirador del Faro, situado sobre un acantilado, con una pasarela elevada que regala panorámicas espectaculares de la bahía de Alicante, especialmente mágicas durante el amanecer.
Mirador del Faro
A tan solo tres millas de la costa se encuentra la isla de Tabarca, primera reserva marina de España y un auténtico paraíso para el buceo y el snorkel gracias a sus aguas cristalinas y fondos marinos llenos de vida. Además de disfrutar del mar, la isla invita a recorrer su pintoresco casco urbano, con calles empedradas y su muralla defensiva.
El entorno natural y paisajístico también juega un papel esencial en la visita. A lo largo del litoral de Santa Pola también se alzan torres vigía que evocan la huella histórica de los piratas berberiscos. Entre ellas destacan la Torre Escaletes, en la sierra litoral, y la Torre del Tamarit, ubicada en pleno corazón del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola.
Torre del Tamarit, a la entrada del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola
Este humedal de casi 2.500 hectáreas es un ejemplo de cómo la industria salinera y la naturaleza han convivido en armonía, generando riqueza y preservando el ecosistema. Entre las aves que lo habitan destaca el flamenco, que puede observarse aquí durante todo el año.
Flamencos en el Parque Natural de Las Salinas de Santa Pola
Para entender mejor este entorno, resulta muy recomendable visitar el Museo de la Sal, instalado en una antigua factoría, donde se explica el proceso de extracción y la historia del parque.
La sal ha sido uno de los motores económicos de Santa Pola
Como curiosidad, la sal que se exportaba se llevaba antiguamente hasta el embarcadero de la playa de la Gola, desde donde partían gabarras hacia los buques mercantes; hoy todavía puede verse el esqueleto de una de ellas.
Esqueleto de una gabarra antigua en el Embarcadero de la Gola
Y para las familias, Santa Pola ofrece planes que van más allá de sus playas: el Aquarium, el más antiguo de la Comunitat Valenciana, es un espacio didáctico ideal para que los más pequeños descubran de cerca la fauna marina del Mediterráneo.
El Aquarium de Santa Pola es el más antiguo de la Comunitat Valenciana
Santa Pola, un destino para saborear
Visitar Santa Pola es sumergirse en un universo de aromas y sabores donde el mar le toma el pulso a la cocina.
Los guisos a base de pescado son habituales en los restaurantes de Santa Pola
El Peix de Santa Pola, sello que garantiza la frescura y calidad del pescado y marisco de la lonja, inspira recetas que van desde los arroces melosos hasta el tradicional caldero, mientras que las escamas de sal marina realzan con sutileza cada bocado.
En las mesas de los establecimientos santapoleros no faltan las quisquillas
A todo ello se suman tapas, guisos y dulces típicos que reflejan la autenticidad de este rincón mediterráneo. En Santa Pola, cada comida es una invitación a saborear la historia marinera y la hospitalidad de la Costa Blanca.
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