Una ruta por el centro histórico de Vila-seca a través de su patrimonio cultural
Este verano hemos visitado en familia algunos lugares de la costa mediterránea. Uno de los que más nos ha gustado ha sido Vila-seca, en pleno corazón de la Costa Daurada, un destino turístico que tiene mucho que ver y, como no podía ser de otra manera, se ha consolidado especialmente en el segmento del turismo familiar.
Por el hecho de ser un lugar adorado por los más pequeños y, sobre todo, por sus padres, este enclave cuenta con el sello de calidad de Playa en Familia, una insignia de especialización que concede la Agència Catalana de Turisme de la Generalitat de Catalunya a aquellos territorios enfocados a los visitantes con niños.
Además de sus playas de arena dorada y sus espacios verdes, Vila-seca nos gustó mucho porque ofrece una interesante propuesta a sus visitantes en forma de ruta para conocer los puntos de interés de su patrimonio cultural. Este itinerario se puede recorrer por libre gracias a la instalación de 10 tótems identificativos, situados en los monumentos más relevantes que ofrecen datos históricos y de interés tanto a turistas como a ciudadanos. Esta información está disponible en 5 idiomas y se puede acceder a ella a través de los códigos QR disponibles en cada uno de los puntos estratégicos.
Un buen lugar de inicio de esta ruta por el casco antiguo de Vila-seca es el Raval de la Mar, ubicado a pocos metros de la entrada del centro histórico. Allí se observa la Creu de la Beguda del siglo XII, último vestigio de las cruces del término y de otros indicadores anteriores que señalizaban los caminos. La función de esta cruz era, antiguamente, marcar el límite entre los territorios de Salou, Vila-seca del Comú i Vila-seca de Solcina. Desde allí se puede comenzar el itinerario por casi una trentena de calles y plazas que conforman un espacio muy característico que, pese a que durante los últimos años ha visto una gran transformación, aún conserva y disfruta de un exquisito comercio tradicional.
Ya adentrados en el casco antiguo, los visitantes pueden vivir de cerca la cultura y patrimonio de Vila-seca descubriendo su castillo neo medieval de esbelta silueta; la iglesia de Sant Esteve, un edificio del siglo XVII de estilo neoclásico; el Celler Noucentista, obra de grandes dimensiones con tres naves de planta rectangular que justo en 2019 llegó a su centenario; el Portal de Sant Antoni, del siglo XIV, la Torre de la Tuies del Cafè del XV; y las Torres de l’Abadia, del Delme y del Homenatge (s.XII).
Además de estos elementos patrimoniales que visitamos en el centro histórico de Vila-seca que dan lugar a esta ruta, encontramos otros tótems identificativos de las mismas características en otros espacios de este destino de la costa de Tarragona como, por ejemplo, los grupos escultóricos Marca d’Aigua y Pineda, el Parc del Pinar de Perruquet y la Séquia Major, o algunos elementos culturales a las afueras de la localidad, como el Parc de la Torre d’en Dolça, el Piló del Rescat y el Santuario de la Mare de Déu de la Pineda. Lo constatamos de nuevo: Vila-seca sí es lugar para niños.