Seis excursiones en tren desde Praga
Recorrer la República Checa en tren, con la única obligación de admirar los paisajes desde la ventanilla, es una propuesta perfecta para descubrir este país centroeuropeo. Entre las ciudades más idóneas para realizar combinados con Praga están Olomouc, Brno, Pilsen, České Budějovice, Pardubice y Ostrava.
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Pilsen
A una hora y veinte minutos de Praga (107 kilómetros) se encuentra Pilsen, donde la cerveza es parte de la idiosincrasia de sus habitantes. Visitar esta ciudad de la República Checa es conocer de primera mano lo que significa el mundo de esta bebida.
En Pilsen es posible disfrutar de todos los rituales posibles en torno a la cerveza: visitar la fábrica de Pilsner Urquell, beber una jarra de birra en Na Spilce (la cervecería más grande del país) y relajarse en un spa con baños calientes a base de lúpulo, malta y levaduras. Además de estos placeres, la arquitectura y la cultura son otros buenos incentivos para hacer una excursión a Pilsen.
Pardubice
En poco más de una hora desde Praga (104 kilómetros) es posible entrar en el universo de las pequeñas cosas que regalan los detalles de las casas renacentistas de Pardubice y el aroma a pan de jengibre (un producto con denominación de origen) que sale de sus obradores. Asimismo invita a vivir la emoción de subir a la Puerta Verde, una torre medieval de más de sesenta metros de altura que acoge un museo donde se presenta su historia a través de animaciones, y que es ideal para familias.
Pero si por algo es famosa Pardubice es por su vínculo con los caballos, ya que aquí tiene lugar una de las carreras hípicas de obstáculos más conocidas del mundo, la Gran Steeplechase, una competición que se celebra cada mes de octubre desde hace casi 150 años.
České Budějovice
Otra ciudad checa a la que se puede llegar en tren en menos de dos horas desde la capital checa (169 kilómetros) es České Budějovice, la capital de Bohemia del Sur. Si sólo se pudiesen ofrecer tres motivos para hacer una escapada a esta elegante urbe serían recorrer su plaza, la más grande de Chequia y una de las mayores de Europa y que está rodeada de bonitas viviendas barrocas; saborear una cerveza Budweiser Budvar en la taberna de Masné krámy; y subir a la Torre Negra.
Y si os apetece pernoctar es muy recomendable conocer el romántico castillo de Hluboká nad Vltavou, al que se accede en tren desde České Budějovice en escasos minutos.
Olomouc
Olomouc es una de las ciudades más bellas de Moravia y la primera en patrimonio monumental del país después de Praga, de la que se encuentra a dos horas y veinte minutos en tren (250 kilómetros). Los amantes de la cultura y las artes disfrutarán con una excursión a Olomouc visitando su centro histórico y contemplando lugares espectaculares como la Catedral de San Wenceslao o el Museo Arzobispal y, por supuesto, su principal monumento: la Columna de la Santísima Trinidad, inscrita en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Cuando en la escapada en tren se contempla una estancia de una o dos noches en Olomouc, es muy recomendable asistir a un concierto en la iglesia de San Mauro que alberga el órgano más grande de Europa Central.
Brno
La segunda ciudad en tamaño después de Praga es un destino ideal para combinar con la capital. Aunque son casi tres horas de trayecto (257 kilómetros), los vagones son cómodos y sus atractivos turísticos merecen mucho la pena. El animado ambiente de Brno, con cientos de bares y restaurantes, son el principal aliciente a la hora de conocer la capital de Moravia del Sur, aunque también es necesario valorar su rico patrimonio arquitectónico y numerosas propuestas culturales.
En una escapada de un par de días días es posible conocer su centro histórico, visitar la Catedral de San Pedro y Pablo, la ciudad subterránea, el osario más grande de Europa, el castillo de Špilberk o la famosa Villa funcionalista Tugendhat, protegida por la Unesco. Cuando llega la noche es recomendable asistir a algún espectáculo de ópera o ballet y después a las discotecas y pubs de Brno para poner gran broche final a la jornada socializando con la agradable población local.
Ostrava
Es la escapada en tren que lleva más lejos de Praga (356 kilómetros), algo más de tres horas, pero también la más curiosa ya que el perfil industrial de Ostrava es muy interesante. La historia del país está marcada por la explotación de minerales como el carbón o el hierro, además de metales nobles como la plata. En esta ciudad checa aún se puede ver ese pasado, en sus torres mineras, en sus galerías subterráneas como las del museo minero de Landek y en sus altos hornos.
Otra experiencia que justifica el viaje es recorrer Dolní Vítkovice, un enorme complejo industrial reconvertido en centro cultural, social y educativo. Allí es posible subir en ascensor hasta la parte más alta de un gran horno e incluso asistir a un concierto en el interior de un antiguo depósito de gas.
Bonus track
Las tres compañías ferroviarias de República Checa disponen de líneas directas a estos destinos. České dráhy conecta con Brno, Pilsen, České Budějovice, Pardubice, Olomouc y Ostrava. Con Regiojet se accede a Brno, Pardubice, Olomouc y Ostrava; y con Leo Express se puede llegar a Pardubice, Olomouc y Ostrava.
Guía práctica de República Checa
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