Hendaya, la revolución del ferrocarril
Hendaya, en el País Vasco francés, era un pequeño pueblo de pescadores cuya historia transformó la llegada del ferrocarril con la ruta París-Madrid en 1864. Es una localidad recoleta que se puede ver en un día o bien que forme parte por un original tour por la costa vasca en furgoneta.
Este hito marcó un punto de inflexión para la ciudad con la incipiente llegada del turismo que transformó un municipio que por aquel entonces contaba con apenas 500 habitantes.
ÍNDICE / CONTENIDO
Qué ver en Hendaya en un día
Playas
Imprescindible disfrutar de su increíble playa de 3 kilómetros considerada como la sexta más bonita de Francia. Aquí encontramos el casino neo-morisco y el emblemático Hotel Palace de estilo neo-vasco para atender a los cada vez más numerosos visitantes que llegaban a Hendaya, que en vasco significa bahía grande.
Casas señoriales
En los alrededores docenas de villas de estilo Labourdin son testigos de la llegada de foráneos adinerados que otorgan a Hendaya ese sello característico y típico de una ciudad de aguas aprovechando el desarrollo turístico de la costa vasco-francesa de finales del siglo XIX y principios del siglo XX impulsado por la esposa de Napoleón III, la Emperatriz Eugenia de Montijo.
Casco histórico
Un paseo por el centro de la ciudad brinda visitas como la de la iglesia de San Vicente y su frontón que domina la bahía de Chingoudi y el estuario del Bidasoa. En su interior se admiran bajos relieves policromados del siglo XVII, un tabernáculo del año 1550, un crucifijo del siglo XIII, cuadros de la escuela española y un retablo dorado de la Virgen del siglo XVI.
En la parte baja de Hendaya, a orillas del río Bidasoa, el barrio de la Caneta rodea y protege Bakhar Etxea, la casa del célebre escritor y oficial de la Marina Francesa, Pierre Loti, miembro de la Academia Goncourt y de la Academia Francesa que residió en Hendaya.
Por el Bidasoa
En la ribera del Bidasoa también se encuentran los vestigios de la fortaleza Vauban y no muy lejos la isla de los faisanes donde se firmó el 7 de noviembre de 1659 el Tratado de los Pirineos que sellaba la paz de la Guerra de los Treinta Años que enfrentó a Francia y España. Esta isla inhabitada es, desde el siglo XIX, el condominio más pequeño del mundo, administrada medio año por España y los otros seis meses por Francia.
Castillo Observatorio de Abbadie
Una de las joyas arquitectónicas de Hendaya cuya visita es obligada es el Castillo Observatorio de Abbadie, de estilo neogótico, construido frente al océano sobre los altos de Hendaya por el etnólogo y geógrafo Eugène Viollet le Duc en la segunda mitad del siglo XIX. La construcción está inspirada en los fuertes medievales.
Talasoterapia y surf
La región es la meca de la talasoterapia y su reconocido centro Serge Blanco, a pie de playa, es un lugar ideal para ponerse en forma y disfrutar de este pequeño rincón de Nueva Aquitania. Su privilegiada situación geográfica permite asimismo disfrutar de numerosos deportes acuáticos como son el buceo, el surf o la vela.
Gastronomía
Para poner punto y final a una visita por Hendaya se puede disfrutar de la excelente gastronomía del territorio, que goza de un gran prestigio, en los numerosos restaurantes de la villa con diferentes y variadas propuestas.
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