Experiencias que vas a disfrutar con y sin vino en las Rías Baixas
Galicia y, en concreto, las Rías Baixas, es un lugar de sensaciones y experiencias más allá de lo enxebre (¡ojo, que nos gusta!) y tradicional que ya conocemos. Galicia es una tierra donde han nacido los furanchos y los loureiros, que forman parte de la idiosincrasia de esta comunidad autónoma.
Durante los últimos años se ha creado en Rías Baixas un circuito de establecimientos de alta calidad que le aportan el toque moderno que pedía a gritos esta región desde hace tiempo. El eje vertebrador de la Ruta del Vino Rías Baixas es, como no puede ser de otra manera, el albariño (y otras variedades de uva como Loureira o Caíño) que ha hecho de las Rías Baixas, el destino enoturístico más apetecible de Galicia.
Aquí os dejamos varias experiencias que puedes vivir en algunas de las bodegas y miembros asociados de esta entidad que estoy segura que os van a encantar.
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Perderte por O Rosal y visitar bodegas como Quinta de Couselo y Lagar de Cervera
En el municipio de O Rosal, en la comarca del Bajo Miño, fronteriza con Portugal, encontramos varias bodegas donde se producen unos albariños excelentes y que están abiertas a visitas a precios bastante asequibles.
La primera de ella es Quinta Couselo cuya historia, que se remonta al siglo XII, está ligada al cercano Monasterio de Oia.
Los terrenos en lo que está hoy Quinta Couselo pertenecían a la Granja da Cheira que producía vino para los monjes del vecino cenobio. Después de la desamortización de Mendizábal, Quinta Couselo pasó a ser propiedad privada hasta el año 1898 que la adquiere la familia Vicente.
En Quinta Couselo producen aguardientes, licores y vinos entre los que destacan Barbuntín, Turonia y Quinta de Couselo. Hay varios tipos de visitas (la más barata cuesta cinco euros) y los espacios están abiertos a reuniones y eventos.
Por su parte, en Lagar de Cervera, que pertenece a Rioja Alta S.A., es otra bodega de la zona de O Rosal que admite visitantes que pueden catar tanto sus vinos (Lagar de Cervera y Pazo de Seoane Rosal) como sus aguardientes.
Además, Lagar de Cervera cuenta con un comedor privado que se puede reservar hasta 20 personas y en el que se disfruta de un menú con maridaje en el que se fusionan las cocinas riojanas y gallegas.
Hacer la visita teatralizada en el Castillo de Soutomaior
El Castillo de Soutomaior, feudo del caballero pontevedrés Pedro Madruga, referente en la historia de Galicia, es un lugar que merece la pena conocer sobre todo si se viaja con niños porque sus visitas teatralizadas son divertidísimas (cabe reconocer que los mayores también se lo pasan de fábula con los relatos que explican los actores).
Éstas tienen lugar los lunes y los jueves a las cinco de la tarde y el precio es tan solo de dos euros (1 para los niños y discapacitados).
Esta fortaleza es una de las mejores conservadas de Galicia y destaca, sobre todo, por sus jardines en el que crecen plantas de los cinco continentes, además de un par de castaños y 22 especies de camelias diferentes.
Dentro del palacio se encuentran las antiguas estancias totalmente restauradas, la torre del homenaje y la Galería de Damas. Todos estos espacios se pueden descubrir de una manera amena mientras los actores realizan su particular visita entre cánticos. ¡Y atención! Se dice que el fantasma de Pedro Madruga merodea por esos lares por lo que hay estar ojo avizor para verlo.
Visitar Pazo Baión y conocer sus vinos de nivel
Pese a que Pazo Baión, en Vilanova de Arousa, es conocido por haber sido el fortín del narcotraficante Laureano Oubiña, hoy día el llamado popularmente Falcon Crest es un lugar de referencia enoturística en las Rías Baixas.
Es propiedad de la cooperativa Condes de Albarei que ha rehabilitado este pazo gallego en un lugar adhoc para la celebración de eventos. La finca data del siglo XV y está en una ubicación única en pleno valle del Salnés.
Esta insigne propiedad de 30 hectáreas alberga uno de los viñedos más espectaculares del panorama vitivinícola mundial, con 22 hectáreas de la variedad Albariño. Pazo Baión recibe visitas y propone catas de sus variedades más emblemáticas. Y es que, como dice el refranero popular, palomar, capilla y ciprés…pazo es.
Dar un paseo en catamarán por la Ría de Arousa durante el atardecer
Esta experiencia es una inmersión plena en la galleguidad más auténtica porque, aparte de recorrer la mayor ría de Galicia, podrás conocer los secretos de la producción de mejillones y ostras en las frías aguas del Atlántico.
El catamarán te lleva a las bateas donde crecen estos moluscos y en los que, seguramente, vais a ver a una gaviota que se come los mejillones al vuelo o de las manos de los guías.
Si estáis de suerte una manada de pizpiretos y juguetones delfines mulares, comúnmente llamados arroaces, os acompañará en vuestro pequeño crucero por la costa de O Grove, uno de los municipios gallegos con mayor capacidad hotelera y con una amplia variedad de establecimientos de restauración.
En la travesía en barco no falta una degustación de mejillones y empanada regada, y que no falte, con albariño.
Bañarte en la playa de la Lanzada y preguntar a los vecinos si pertenece a O Grove o Sanxenxo
Bañarse en las playas de Galicia es un reto que tan solo unos valientes pueden llevar a cabo. Pero ya que vamos a meternos en las gélidas aguas del litoral gallego qué menos que hacerlo en una de sus playas más emblemáticas, la de la Lanzada en el municipio de O Grove (¿o es de Sanxenxo?).
Y es que ambos municipios desde hace años se disputan la propiedad de esta playa en los tribunales. No en vano por La Lanzada pasan muchos visitantes a lo largo del año por lo que es una perita en dulce turísticamente hablando.
Y aunque la playa de La Lanzada de momento es de O Grove, en Sanxenxo tienen, además de calas excelentes, una lonja de pescado en la que las subastas se hacen cantadas, es decir, al método tradicional. La entrada es libre pero la venta solo se hace a profesionales, para no interferir en los horarios ni en los precios del producto.
Dormir en la isla de La Toja y disfrutar de sus balnearios
Uno de los lugares preferidos para los que eligen O Grove para pasar unos días de asueto es la isla de la Toja, a la que se llega cruzando un puente o bien en barco. Hace más de cien años se descubrieron las propiedades termales y medicinales de las aguas de la isla.
Por este motivo se construyó un balneario, uno de los más renombrados de España. En La Toja destacan otros establecimientos como el Hotel Louxo (nombre que recibe en gallego la isla) en el que se puede disfrutar de la buena mesa y de los beneficios de su spa.
Más información de la Ruta del Vino de las Rías Baixas en: www.rutadelvinoriasbaixas.com