Los tesoros escondidos en las iglesias románicas de la Val d’Aran
El patrimonio románico de la Val d’Aran está marcado indiscutiblemente por el marco paisajístico en que se encuadra: la impresionante cordillera pirenaica.
A lo largo de este valle del noroeste de Catalunya hay un gran número de iglesias y ermitas de este estilo arquitéctonico que constituyen un importante legado artístico y que sin duda merece la pena descubrir durante un viaje a este rincón privilegiado de los Pirineos.
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Conjunto monumental de Santa Maria d’Arties (Arties)
El conjunto monumental de Santa Maria d’Arties, en la población del mismo nombre, está integrado por la iglesia y el castillo que la rodeaba. De este último todavía quedan solo algunos restos, como la cerradura de muralla del lado norte, en la que todavía se levanta una torre semicircular.
Sobre la portalada ojival de una construcción anexa a la iglesia, se puede ver el escudo con las armas de los reyes de Aragón, bajo cuya protección estuvo el castillo.
El primer documento donde se hace referencia al castillo, conocido como Entransaigües, es del 1283, año en que los hombres de Arties intentaron resistir el ejército invasor francés del senescal de Tolosa, Eustaquio de Beaumarchais.
Un siglo más tarde, el rey Pedro IV de Aragón le otorgó un privilegio para reconstruirlo. El castillo fue destruido en octubre del año 1649, durante la Guerra de los Segadores.
La iglesia de Santa Maria, de estilo románico, fue construida en pleno siglo XII. Cuenta con tres ábsides semicirculares siendo el central, que fue destruido a finales del siglo XVIII a fin de edificar en su lugar una sacristía, restituido en el año 2008.
El interior sigue el modelo basilical característico de las primeras iglesias cristianas y cuenta en su interior con objetos y obras de arte de notable interés como sus retablos (uno gótico y cuatro barrocos), una pila de bautismo, una talla gótica de San Juan Bautista y un importante conjunto de pinturas murales renacentistas, entre otros elementos.
Iglesia de la Mair de Diu de la Purificación (Bossost)
Otro de los templos más representativas del románico aranés es la Iglesia dera Mair de Diu dera Purificacion de Bossost, una de las villas más dinámicas y coloristas del Baish Aran (Bajo Aran).
Esta construcción, que constituye un magnífico ejemplar de la arquitectura románica de la Val d’Aran, sorprende por su unidad estilística, que la convierte en un fidedigno documento visual de la arquitectura románica del siglo XII.
En este sentido, la Iglesia dera Mair de Diu dera Purificacion, es un compendio de las principales características del románico con su planta basilical y sus tres ábsides semicirculares decorados con arcuaciones y bandas lombardas, siendo el de la nave central de mayores dimensiones.
Su torre campanario adosada al extremo noreste, la riqueza iconográfica de sus dos portadas y un fragmento de pintura mural ubicado en el ábside central, donde se intuye la representación de la escena de la Epifanía, son los tres elementos más destacados de esta construcción.
Iglesia Santa Maria de Cap d’Aran (Tredós)
La iglesia de Santa María de Cap d´Aran (glèisa dera Mare de Diu de Cap d’Aran) de Tredòs, del siglo XI, responde al cánon de la arquitectura románica: edificio de planta basilical de tres naves con bóveda de cañón encabezada por tres ábsides.
En época medieval fue un importante santuario mariano como lo demuestra el hecho que en 1198 fuera eximido del pago de tributos por el rey de Aragón Pedro II.
Cabe señalar que este templo presenta dos características insólitas respecto el resto del patrimonio eclesiástico de la Val d’Aran: la presencia de una cripta en la parte inferior del altar y el emplazamiento de la torre del campanario exenta respecto al cuerpo del edificio religioso y situada frente la puerta principal.
En los ábsides se aprecia la arquitectura lombarda de la época, con arcos ciegos y lesenas. La puerta principal está construida con tres arquivoltas que descansan sobre columnas con capiteles, uno de ellos decorado con dos pequeñas cabezas.
La iglesia de Cap d’Aran atesoraba unas pinturas murales románicas que se atribuyen al círculo del Maestro de Pedret, fechadas en el transcurso de los siglos XI y XII. Dichas pinturas fueron arrancadas y transportadas fuera de la Val d’Aran.
Actualmente se encuentran expuestas en el museo The Cloisters de Nueva York. A consecuencia de la restauración en el año 2004 se puede apreciar en su interior un conjunto pictórico del siglo XVII en el cual hay tanto motivos decorativos como representaciones de Santos y Santas del devocionario aranés.
En un pilar de la iglesia también apareció una Virgen con el Niño perteneciente al primitivo conjunto románico.
Iglesia de San Andrés de Salardú
Otro de los templos imprescindibles del románico de la Val d’Aran es la iglesia de San Andrés de Salardú, de estilo románico tardío (s. XIII). Es de planta basilical con tres naves y se encuentra encabezada al este por tres ábsides.
Al sudeste se levanta la torre campanario octogonal, una construcción alta y robusta, edificada entre los siglos XIV y XV, ya que hacía también funciones de torre del homenaje del castillo que hasta el año 1649 rodeaba la iglesia. El escudo de los reyes de Aragón sobre el arco gótico de la puerta recuerda que era plaza fuerte real.
En interior sorprende la elegancia gótica de las bóvedas de crucería de la nave central y del gran ventanal de poniente que conviven con las bóvedas de cuarto de círculo románicas de las naves laterales.
Uno de los lugares más emblemáticos de esta iglesia es el ábside central que guarda el Cristo en la cruz, conocido como la Santa Crèu de Salardú, una muy notable obra románica, de madera tallada y policromada, de la segunda mitad del siglo XII.
Decora la cabecera de la iglesia uno de los conjuntos de pintura mural renacentista más extensos y bien conservados de la Val d’Aran. Dichas pinturas se crearon en tres períodos. Así, las pinturas del ábside principal corresponden a la fase más antigua, que data del año 1561, y son de gran calidad.
En la bóveda, dentro de marcos arquitectónicos, se representa a Cristo en Majestad rodeado de los cuatro evangelistas, y en los muros laterales, las escenas de la decapitación de San Juan Bautista y el martirio de San Andrés.
La segunda fase pictórica se extiende por el primer tramo de las naves, mostrando un programa iconográfico integrado por los padres de la iglesia y un amplio catálogo de santos, además de algunas escenas del Antiguo y Nuevo Testamento y la representación de los ángeles y de las virtudes. Por último, la tercera fase, fechada en 1622, se limita a una pocas escenas relacionadas con milagros jacobeos, en la absidiola septentrional.
Iglesia de Sant Miquèu (Vielha)
Lo primero que atrapa la mirada del visitante cuando se contempla el exterior de la iglesia de Sant Miquèu de Vielha es su imponente torre campanario del siglo XVI, situada sobre la puerta de acceso, que sirvió de modelo para la de Sant Martin de Gausac. La mandó construir el rey Fernando el Católico en el el año 1506 y formaba parte del recinto fortificado del antiguo castillo del que hoy no se conservan restos.
Por su parte, la portalada del templo, fechada entre los siglos XIII y XIV, se convierte en un fiel testimonio de la evolución artística del lenguaje románico hacia las primeras formas góticas y también se convirtió en modelo para la cercana iglesia de Sant Estèue de Betren.
La iglesia tiene una única nave, con capillas laterales, y fue el resultado de diferentes etapas constructivas. Los tres tramos más próximos a la fachada oeste son del siglo XII y están cubiertos con bóveda de cañón reforzada por arcos torales. El tramo previo al presbiterio corresponde al siglo XV y el crucero y la cabecera fueron construidos en el año 1730.
Dentro del edificio religioso, encontramos una pila bautismal, de finales de siglo XII o principios del XIII, esculpida en mármol y con una iconografía de motivos vegetales muy común en las pilas aranesas de esa época.
Pero, sin duda, la pieza más emblemática que guarda actualmente la iglesia es la talla románica policromada conocida con el nombre de Cristo de Mijaran. Aunque solo se conserva la parte del busto, se cree que la imagen completa alcanzaba los dos metros de altura.
Pertenecía al vecino santuario de Santa María de Mijaran, hoy en ruinas, y de la que fue trasladada en el año 1936 después que el templo fuera destruido durante la Guerra Civil. Formaba parte de un conjunto escultórico de un Descendimiento de la cruz, similar a los que se encuentran en la Vall de Boí.
Por sus características se cree que también fue obra del Maestro de Erill la Vall. Está considerada una de las piezas más representativas de la escultura románica del siglo XII.
Iglesia de Santa Eulària d’Unha (Unha)
La pequeña localidad de Unha, en el extremo oeste de la Val d’Aran, acoge una de las más interesantes construcciones románicas de esta comarca de Lleida: la iglesia parroquial de Santa Eularia d’Unha.
Es una edificación de planta basilical estructurada en tres naves irregulares separadas por arcos de medio punto. Cada una de las naves desemboca en su correspondiente ábside semicircular, siendo de nuevo el central de mayor relieve y profundidad.
El elemento más llamativo del exterior de Santa Eulalia d’Unha es su cabecera triabsidal, animada con un registro de arquillos ciegos típicamente lombardos. En el muro sur se abre su puerta de ingreso mientras que es a los pies donde se eleva su esbelta torre campanario, de planta octogonal sobre base cuadrada y rematada en un singular y agudo chapitel, de base bulbosa, único en la Val d’Aran.
En el interior del templo están los dos elementos más genuinos con los que Santa Eulalia d’Unha sorprende al visitante: su colección de pinturas murales (románicas en el ábside y góticas y renacentistas en las naves laterales), y sus pilas románicas.
La pinturas románicas del ábside, realizadas al falso fresco, aunque muy fragmentadas, muestran en la esfera absidial, el rostro de un Cristo en Majestad dentro de la mandorla rodeada del Tetramorfos.
En la parte inferior se conservan los bustos de dos miembros del colegio apostólico, cada uno de ellos, cobijado bajo arcos de medio punto. Las de los conjuntos de la Pasión de Cristo y de San Germán que decoran el muro septentrional son góticas (s. XV), en tanto que las del muro meridional, con representaciones de las Virtudes, Adán y Eva y San Sebastian son de un refinado estilo renacentista.
Por último, es obligado hacer referencia a las dos pilas de bautismo por inmersión y una benditera conservadas en el templo de estilo románico.
Estas seis iglesias son una pequeña muestra de los tesoros del románico que esconde la Val d’Aran, un territorio de patrimonio superlativo.
Más información: www.visitvaldaran.com